El espionaje de Rusia en Ucrania: la mujer del jefe de los servicios secretos envenenada

Según ha transcendido, la mujer fue hospitalizada la semana pasada de urgencia cuando comenzó a sentirse mal de manera inexplicable. Los médicos que le trataron descubrieron entonces que en su sangre había un metal pesado que no podía haber llegado allí de forma natural y en una concentración tan elevada. Si el tratamiento hubiera retrasado, la esposa de Budanov estaría muerta.

Las autoridades de Kiev no han comentado ni cómo fue envenenada ni quiénes son los sospechosos. Marianna Budanova es psicóloga y trabaja en el Ayuntamiento de la capital ucraniana junto a uno de los personajes más carismáticos del país, el alcalde de la ciudad y excampeón del mundo de boxeo Vitali Klichkó

Kyrilo Budanov es, junto con el presidente Zelensky, uno de los objetivos prioritarios del Kremlin desde hace años. Budanov, nacido en 1986, fue miembro de las fuerzas especiales ucranianas y en 2014 participó en la primera guerra del Donbás. Las operaciones en las que intervino se mantienen clasificadas.

En aquellos años, los agentes ucranianos llevaron a cabo una serie de atentados selectivos contra líderes prorrusos que supusieron el asesinato de una docena de políticos y milicianos. En 2019, cuando ya era un alto cargo del servicio del Inteligencia del Ministerio de Defensa, fue objeto de un ataque del que sobrevivió milagrosamente. Una bomba estalló al paso de su coche y el blindaje le salvó. No sería la única vez en que su vida estaría en peligro.

Frente a la tradición de secretismo que rodea a los responsables de los servicios secretos, Budanov ha aparecido en público en numerosas ocasiones y se mantiene activo en las redes sociales para lanzar mensajes propagandísticos e intentar elevar la moral de las tropas. Una de sus frases más conocidas es: «Seguiremos matando rusos en cualquier parte del mundo hasta la victoria completa de Ucrania». Se le atribuyen operaciones como los atentados en Crimea, incluida la voladura del puente que une Rusia con la península ocupada; los atentados perpetrados en Moscú y en otras ciudades rusas y la organización de las campañas de ataques con drones en el interior de Rusia.

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Para Moscú, que le ha procesado por terrorismo, es una de sus grandes bestias negras. Hace una semana que supo que Budanov estuvo a punto de morir en la primavera de 2022, cuando su comitiva fue atacada con misiles de precisión mientras visitaba el frente en la zona de Luganks. De nuevo, le salvó el blindaje del vehículo en que viajaba. Los rusos llegaron a anunciar su fallecimiento en redes sociales, pero Budanov corrió a aparecer en Telegram, mostrando que había salido ileso. Ahora, los ataques rusos han llegado mucho más cerca.