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Rafael M. Mañueco
Corresponsal. Moscú
Martes, 18 de febrero 2025
La primera ronda de negociaciones entre las delegaciones de Rusia y Estados Unidos celebradas este martes en Riad sin representantes de Kiev para preparar el ... encuentro entre los presidentes Vladímir Putin y Donald Trump y abordar el conflicto de Ucrania finalizaron a primera hora de la tarde sin fecha para la cumbre de ambos jefes de Estado ni para el comienzo de las conversaciones de paz.
Eso sí, las partes se han comprometido a crear los correspondientes grupos de trabajo a fin de continuar los contactos. Se trata de la primera reunión de altos representantes de los dos países después de que Rusia lanzara la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022.
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Según el consejero de Política Exterior del Kremlin, Yuri Ushakov, que junto con el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, llevaron las conversaciones del lado ruso, el encuentro en la capital saudí «no ha ido nada mal», pese a que no se ha logrado acordar nada decisivo. Para el ministro ruso fue incluso «útil», aunque advirtió que «el entendimiento mutuo no significa acercamiento de posiciones». La reunión duró cuatro horas y media y, a juicio de Ushakov, «se mantuvo un diálogo muy serio sobre todos los asuntos» de la agenda.
No obstante, el consejero presidencial señaló que «es poco probable que la reunión entre Putin y Trump tenga lugar la próxima semana». Según sus palabras, «estamos preparados para esto –la cumbre de presidentes- pero todavía es difícil hablar de una fecha específica». En declaraciones a medios de comunicación rusos, el consejero del Kremlin aseguró que «equipos separados de negociadores rusos y estadounidenses sobre Ucrania entrarán en contacto a su debido tiempo».
Lavrov anunció a los periodistas al final del encuentro, a propósito del envío a Ucrania de tropas de paz europeas, que «el despliegue de tropas de fuerzas armadas de países de la OTAN, pero bajo otra bandera, bajo la bandera de la Unión Europea o bajo banderas nacionales, no cambia nada. Sigue siendo, por supuesto, inaceptable para nosotros».
Frente a Ushakov y Lavrov en la mesa, estuvieron el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Mike Waltz, y el emisario especial de la Casa Blanca para Oriente Próximo, Steve Witkoff. Así mismo, se acordó crear «un mecanismo de consulta mutuo para evitar posibles fricciones» en las relaciones entre Washington y Moscú, «designar equipos de alto nivel para comenzar a trabajar en breve para un arreglo en Ucrania» y «explorar las oportunidades económicas que pudieran surgir después de un acuerdo con Kiev».
A este respecto y a juzgar por las declaraciones hechas este martes en Riad por Kirill Dmítriev, también miembro de la delegación rusa, banquero y director general del Fondo Ruso para Inversiones Directas de Rusia (RFPI), él considera que «hemos observado que el presidente Trump y su equipo son un grupo de solucionadores de problemas, personas que ya han abordado toda una serie de grandes desafíos con mucha rapidez, mucha eficiencia y mucho éxito». Dmítriev cree que existe un «amplio campo de cooperación» entre Moscú y Washington para el intercambio comercial y económico.
Los analistas creen que la principal baza que Rusia se propone poner sobre la mesa en estas negociaciones es precisamente abrir el país a los inversores norteamericanos, eliminar todos los obstáculos al respecto y levantar las sanciones por ambas partes. Todo lo que el Kremlin no hizo de forma plena durante décadas y creó serios problemas en las relaciones con Washington. Se rechazó entones copiar el modelo chino y ahora parece que se ofrece una revisión para corregir el antiguo rumbo.
Frente al rechazo de Kiev a firmar con Washington un acuerdo para la explotación de minerales y tierras raras, Dmítriev ha anunciado que el Kremlin ha ofrecido a Trump un gran convenio sobre «recursos naturales» rusos. Moscú considera que las compañías petroleras estadounidenses pueden regresar al país y también se muestra un gran interés en proyectos conjuntos con los estadounidenses en el Ártico.
De acuerdo con sus declaraciones, «las grandes compañías petroleras de Estados Unidos tenían negocios muy exitosos en Rusia (…) creemos que en algún momento volverán, porque ¿por qué iban a rechazar la oportunidad de acceder a los recursos naturales que Rusia les otorgó?». «También necesitamos realizar proyectos conjuntos, por ejemplo en el Ártico y en otras áreas», añadió.
Según sus cálculos, «las empresas estadounidenses habrían perdido 300.000 millones de dólares por las sanciones contra Rusia (…) la Administración de Joe Biden difundió mucha información falsa sobre el estado de la economía rusa». Recordó también que, antes de la invasión de Ucrania, sólo una gran empresa estadounidense participaba en la producción de petróleo en Rusia: Exxon Mobil, que posee el 30% del proyecto Sajalín-1. Tras la imposición de las sanciones, la compañía anunció su retirada del proyecto, pero no pudo vender su participación. Dmítriev cree que ahora podría volver a Rusia y reanudar su actividad gracias a ese 30% que controla.
A Dmítriev se le considera una persona cercana a la familia de Putin, cuya hija Ekaterina Tíjonova, estudió con Natalia Popova, esposa del director del RFPI. Tras graduarse, las dos trabajaron juntas. Dmítriev, de 49 años, estudió en Estados Unidos en Harvard y Stanford en la década de 1990. Trabajó en las firmas estadounidenses Goldman Sachs y McKinsey, antes de regresar a Moscú, dirigió la empresa de capital privado Delta Equity Partners, respaldada por capital estadounidense.
Antes de ser designado por Putin para dirigir el RFPI, creado en 2011 para facilitar la inversión extranjera, desempeñó un papel importante en los primeros contactos con Estados Unidos cuando Trump fue elegido presidente por primera vez en 2016, así como en el establecimiento de relaciones con Arabia Saudí, lo que llevó a un acuerdo sobre el precio del petróleo en el marco del foro ampliado de productores OPEP+. Dmítriev se ha reunido varias veces con el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, quien ayudó a mediar en un intercambio de prisioneros entre Rusia y Estados Unidos este mismo mes.
En la nota distribuida este martes por el Ministerio de Exteriores ruso sobre la reunión en Riad se señala además que «se ha establecido un diálogo para acordar formas de reanudar la cooperación económica, incluida la energía, el espacio y otras áreas de interés mutuo». El comunicado de Exteriores incide también en la «necesidad de normalizar las relaciones bilaterales», nombrando rápidamente a los embajadores y realizando consultas «a nivel de jefes adjuntos de departamentos de política exterior para eliminar las restricciones a las actividades de las misiones diplomáticas de los dos países».
Por otro lado, desde Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró una vez más que Putin sigue abierto a reunirse con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, pero volvió a poner en duda su legitimidad, lo que de facto invalida su idoneidad para unas negociaciones de paz. Con anterioridad, el presidente ruso propuso que sea el jefe de la Rada (Parlamento ucraniano) su interlocutor, aunque dijo no estar en contra de que en tales conversaciones esté presente Zelenski.
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