La oposición conservadora permite en Alemania la aprobación de varias leyes del Gobierno tras el adelanto electoral

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Se trata de una reforma en la legislación que regula la herencia de empresas familiares agrícolas en varios Estados federados, así como de la prórroga de una ley que autoriza las escuchas telefónicas en casos de delitos relacionados con robos en viviendas. Además de los conservadores votaron a favor de esas iniciativas los liberales (FDP), que provocaron su expulsión del Gobierno de Scholz la semana pasada, y los representantes de la populista de izquierdas Alianza Sahra Wagenknecht, que lleva el nombre de su fundadora. La sesión parlamentaria duró el tiempo necesario para la votación y se suspendió seguidamente ante el bloqueo de los conservadores del orden del día parlamentario hasta que el canciller presente su moción de confianza.

El líder de la Unión y candidato de CDU/CSU a la cancillería federal, Friedrich Merz, había advertido anteriormente a la alianza de socialdemócratas y ecologistas de que su formación solo respaldaría puntual y selectivamente proyectos de ley del Gobierno en el Bundestag que sean de imperiosa necesidad y que, antes de la votación parlamentaria, negociaría su contenido. Los conservadores «no son el jugador suplente» para la coalición rota, afirmó Merz, al que todas las encuestas sin excepción sitúan como próximo jefe del Ejecutivo alemán.

SPD y verdes estudian ya junto a la oposición de CDU/CSU qué leyes pueden salir adelante antes de los comicios generales. Una iniciativa que seguramente se aprobará es la reducción de la llamada progresión en frío. Con ello se pretende evitar que los ciudadanos tengan que pagar más a Hacienda como consecuencia de la subida de los tipos impositivos, aunque su aumento salarial sólo compense la inflación. Los liberales ya han manifestado también su acuerdo al respecto.

Lo mismo sucede con una nueva ley destinada a la protección de la independencia del Tribunal Constitucional Federal. Los grupos parlamentarios quieren anclar más firmemente su estructura en la Ley Fundamental para protegerlo de la influencia política. Tiene como fin evitar el control de la Justicia por parte del Ejecutivo, como ha sucedido en Polonia o Hungría, por partidos extremistas y reforzar el cortafuegos que mantiene marginada políticamente a la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD). El proyecto ha sido pactado con conservadores y liberales, por lo que tiene muchas posibilidades de ser aprobado antes de las nuevas elecciones.

No se descarta tampoco un acuerdo para aflojar el llamado freno a la deuda, una ley que limita el nuevo endeudamiento público. Incluida en la Constitución, prohíbe el nuevo déficit público «estructural», es decir, aquel que es independiente de la economía, para los Estados federados y lo limita a un máximo del 0,35% del PIB nominal para el Gobierno federal. Saskia Esken, copresidenta del SPD, expresó este jueves su voluntad de negociar al respecto con los conservadores y valoró positivamente que Merz no quiera relajar esa legislación «para el gasto de consumo, sino abrirla para las inversiones, es decir, tratar las inversiones de forma diferente al consumo».

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Menos probable es la aprobación de otros proyectos de ley del Ejecutivo de Scholz como una reforma de las pensiones que garantice su pago a generaciones venideras o unos presupuestos extraordinarios y suplementarios para 2025 ante la necesidad de más fondos para cumplir con el gasto previsto. En el caso de no llegarse a un acuerdo sobre esto último, el nuevo ministro de Finanzas, el socialdemócrata Jörg Kukies, se vería obligado a poner el candado a las arcas del Estado. Obligaciones contractuales como ayudas sociales o sueldos de los funcionarios públicos continuarían abonándose, pero se vería congelada la financiación de grandes proyectos de infraestructuras como la modernización de los ferrocarriles.