Meloni afianza su papel de gran aliada europea de Trump en una visita relámpago al magnate

Tras un vuelo no anunciado previamente a los medios desde Roma hasta el aeropuerto de Palm Beach, y haciendo escala en Irlanda, Meloni llegó a las 19.30 hora local (madrugada en España) a la gran sala de baile del complejo residencial de Mar-a-Lago para cenar con el presidente electo y con algunos de los miembros de su futuro gabinete, como Marco Rubio y Scott Bessent, que ocuparán la secretaría de Estado y la secretaría del Tesoro, respectivamente. La primera ministra italiana, que ya pudo reunirse con Trump el mes pasado en París con motivo de la reapertura de la catedral de Notre-Dame, ha sido una de las pocas mandatarias extranjeras en ser recibidas por el líder republicano en Florida tras su victoria en las urnas. Entre los elegidos están también el húngaro Viktor Orbán y el argentino Javier Milei.

El tema más controvertido de los que trataron Meloni y Trump fue la situación de Cecilia Sala, la periodista italiana encarcelada en Teherán desde el 19 de diciembre con la acusación genérica de violar las leyes de la república islámica. El verdadero objetivo del régimen de los ayatolás con su detención, no obstante, sería plantear un intercambio para lograr la liberación de Mohammad Abedini, un ingeniero iraní arrestado en Milán el 16 de diciembre a petición de Estados Unidos, que ha solicitado a Roma su extradición al considerar que está involucrado en la fabricación de drones con los que fue atacada una base militar norteamericana en Jordania.

El encarcelamiento de Sala, que lleva dos semanas en una celda en aislamiento en condiciones muy duras, ha provocado una ola de indignación entre la opinión pública de Italia, lo que habría llevado a Meloni a «presionar de modo agresivo» a Trump para lograr el retorno lo antes posible a Italia de la reportera, según informó el diario estadounidense 'The New York Times'. Este caso ha colocado a las autoridades italianas en medio de la guerra fría que mantienen Estados Unidos e Irán. Se espera que en los próximos días el Tribunal de Apelación de Milán decida sobre la situación de Abedini: podría ser liberado, puesto en arresto domiciliario o extraditado a EE UU.

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La suerte que corra el ingeniero iraní excede los límites de la Justicia al tener unas fuertes implicaciones políticas en las relaciones entre Washington y Roma. Más aún debido al momento actual, cuando faltan poco más de dos semanas para el regreso a la Casa Blanca de Trump, con el que Meloni siente una gran afinidad ideológica, y a pocos días de la llegada a la capital italiana de su antecesor, Joe Biden. El presidente saliente permanecerá desde el jueves y hasta el domingo en Roma para reunirse con la primera ministra, con el Papa Francisco y con el presidente de la República, Sergio Mattarella.

Con su visita relámpago a Mar-a-Lago, donde permaneció menos de cinco horas, Meloni consiguió ganarse los elogios de Trump, que la calificó de «mujer fantástica» y aseguró que había «tomado al asalto Europa», según informaron los medios locales. Rubio, por su parte, la consideró «una excelente aliada» y una «líder fuerte». Tras la cena, el presidente electo invitó a la primera ministra a participar junto a él en la proyección de un documental que habla sobre los supuestos ataques sufridos por los aliados de Trump por parte de la Justicia estadounidense tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2020.

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En el encuentro de Mar-a-Lago no participó el multimillonario Elon Musk, con quien Meloni se ha reunido varias veces durante los últimos meses, de manera que ambos mantienen una estrecha relación. Esta cercanía facilitaría a la jefa del Gobierno italiano un acceso privilegiado a la próxima Administración de Washington, de la que el impulsor de Tesla formará parte.