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Beatriz Juez
París
Martes, 18 de junio 2024, 22:03
París bien vale un voto. El presidente Emmanuel Macron admitió este martes que la decisión de convocar elecciones legislativas exprés ha sido la «más pesada» ... y «más grave» de su mandato, pero también la «más responsable». El dirigente consideró que con la disolución de la Asamblea Nacional «rasgue el velo de la ignorancia sobre los extremos» en Francia; es decir, puso en evidencia ante la ciudadanía el poder y también los riesgos de la ultraderecha y la ultraizquierda en el país. Y, de alguna manera, ha desencadenado un frente social contra los extremisos, materializado por ejemplo en las recientes declaraciones del futbolista de Les Bleus Mbappé o el manifiesto de 175 deportistas contra la extrema derecha. Una quincena de sindicatos y asociaciones del cine y las artes escénicas ha llamado además a una movilización mañana en «París y en toda Francia» bajo el mismo lema.
Macron concedió este martes entrevistas e hizo declaraciones. A sus conciudadanos les transmitió un mensaje directo: «No tengas miedo. Ve a votar y elige tu futuro». Sobre lo que suceda en las urnas a partir del próximo día 29, sentenció: «No se puede tener miedo al pueblo en una democracia». Y finalmente volvió a reafirmarse en su decisión de llamar a rebato y celebrar legislativas ante el temor de acabar sumidos en un sistema político que «se acomodaba a la idea de no dar a los franceses una voz».
La inmersión de Macron en los discursos de claro tinte electoralista se produce al tiempo que su formación y algunos expertos galos asumen la última apuesta de riesgo del mandatario: reducir el número de candidaturas, borrándose de aquellas circunscripciones donde no tienen posibilidades frente a La Francia Insumisa o Agrupación Nacional para concentrar el «voto útil» en otras opciones más centristas y «bloquear los extremos».
En realidad, el partido del presidente y sus aliados políticos buscan la fórmula mágica de frenar a la ultraderecha y a la extrema izquierda en las próximas elecciones legislativas y de atraer a los votantes más moderados. En ese sentido, no presentarán candidatos en 65 de las 577 circunscripciones en juego. Han preferido aplicar «una estrategia responsable de voto útil para luchar desde la primera vuelta contra los extremos», explicó en un comunicado Juntos por la República, etiqueta con la que se presenta la formación del jefe del Elíseo y sus socios.
No obstante, esta táctica ha creado cierta confusión entre algunos dirigentes del grupo, que no ven beneficio en que un partido a la baja en las encuestas reduzca su campo de participación. En cambio, voces como las del diputado parisino, Gilles Le Gendre , un firme compañero de viaje durante años del presidente, defendieron este martes que los «importante» en la noche electoral es «evitar» el triunfo de la formación de Marine Le Pen. Todo ello, sin escatimar críticas a Macron al calificar que la disolución de la Asamblea Nacional fue «una decisión demente» y que existe el riesgo de que se agranden las fisuras del país.
«Nuestro objetivo sigue siendo el mismo: evitar que gane un candidato de los dos bloques (La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon y sus aliados y Agrupación Nacional de Marine Le Pen y sus socios), allí donde sea posible», explicó por su parte la alianza presidencial, que tiende la mano a otras formaciones moderadas que «deseen trabajar por el futuro del país y luchar contra los extremos». En Francia, las elecciones legislativas se celebran a dos vueltas, el 30 de junio y el 7 de julio. Esto hace que los partidos desarrollen distintas estrategias de voto en diferentes circunscripciones, ya sea desde la primera o en la segunda ronda. «Hay algunas circunscripciones, unas sesenta, donde sabemos que nuestros candidatos no estarán lo mejor situados para evitar una victoria de los extremistas. Y, en ese caso, apoyaremos a otro candidato», explicó el primer ministro, Gabriel Attal, en una entrevista en la cadena RTL.
Para evitar la victoria de los lepenistas o del Nuevo Frente Popular, los otros partidos pueden no presentar un candidato en la primera vuelta o pedir el voto en la segunda vuelta para su rival con el fin de evitar que el aspirante ultra gane el escaño.
Por ejemplo, el partido de Macron ha anunciado que no va a presentar ningún candidato en Corrèze, donde el expresidente socialista François Hollande se presenta como aspirante a diputado con el Frente Popular, la alianza de partidos de izquierdas. Attal explicó que la formación del jefe del Elíseo no apoyará a Hollande por haberse aliado con los radicales de izquierda. En cambio, respaldarán desde la primera vuelta al político que representará a Los Republicanos (conservadores moderados) para «evitar la victoria de Agrupación Nacional» en esa zona.
El Frente Popular presentará candidatos comunes en 577 circunscripciones: 229 de La Francia Insumisa, 175 del Partido Socialista/Plaza Pública, 92 de los ecologistas y 50 de los comunistas. Aunque durante la campaña de las europeas se tiraban los trastos a la cabeza, estas formaciones de izquierda se han unido para evitar que la extrema derecha gane el poder y que Macron se vea obligado a nombrar primer ministro a Jordan Bardella, mano derecha de Le Pen.
Los Republicanos, por su parte, acuden divididos. Habrá 62 candidatos de Ciotti y 400 de Los Republicanos anti-Ciotti. Por otro lado, Reconquista, del ultraderechista Éric Zemmour, presenta 330 aspirantes.
El ultraderechista francés Jordan Bardella ha prometido que si la extrema derecha gana las elecciones legislativas y él es nombrado este verano primer ministro de Francia pondrá «orden en las cuestas del Estado y en las calles».
En ese caso, Bardella anunció este martes que tomarán, en un primer momento, «medidas de urgencia» y, a partir de otoño, harán reforma. El político ultra, al que su partido presenta como candidato a primer ministro, promete que derogará la controvertida reforma de las pensiones del presidente Macron porque es «ineficaz económicamente e injusta socialmente».
La reforma de Macron, aprobada por decreto y con una fuerte oposición en las calles, aumentó de 62 a 64 años la edad legal de jubilación y 43 años de cotizaciones para cobrar la pensión plena. Bardella quiere que aquellos trabajadores con carreras largas puedan jubilarse a los 60 años y con 40 años de cotizaciones.
«Para gobernar, necesito una mayoría absoluta» en la Asamblea Nacional, explicó Bardella, de 28 años. «¿Quién creerá que podremos cambiar la vida cotidiana de los franceses en cohabitación con una mayoría relativa? Nadie», explicó.
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