El clima extremo desata el caos en Estados Unidos

En medio de su preocupación por el cambio climático, al ser uno de los países que más sufre sus efectos, Washington ha reiniciado el diálogo con China -suspendido en agosto de 2022- sobre este tema. El emisario para el clima de EE UU, John Kerry, y su homólogo chino, Xie Zhenhua, se han reunido este lunes en Pekín, ha reportado la televisión pública china CCTV. Tras el encuentro, el Gobierno asiático ha afirmado que «el cambio climático es un reto común al que se enfrenta toda la humanidad». «Trabajaremos conjuntamente para hacer frente a los desafíos y mejorar el bienestar de las generaciones actuales y futuras», ha declarado la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning.

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El país americano había exhortado ya en la víspera del viaje a China a que «no se esconda detrás de la afirmación de que es un país en desarrollo» para disminuir su compromiso. «Todos los países tienen la responsabilidad de reducir las emisiones», dijo Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional en declaraciones a la cadena CNN.

Ambos países son los más contaminantes del mundo debido a su alto nivel industrial. A Pekín y Washington les une el interés medioambiental. El territorio asiático también padece uno de los veranos más tórridos de los últimos sesenta años y también enfrenta lluvias torrenciales y sequías de cara a un nuevo tifón. En la visita de cuatro días de Kerry, el Ejecutivo de Joe Biden buscará incidir en que la segunda economía mundial «tiene más trabajo que hacer frente a la crisis climática».

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Las condiciones meteorológicas del territorio estadounidense dejan ya a unos 100 millones de ciudadanos bajo alerta. El mapa del NWS se pinta de magenta por el calor excesivo en gran parte del oeste del país, de gris en el norte por la mala calidad del aire resultado del humo proveniente de los incendios de Canadá, y de azul en el centro por las inundaciones que han elevado a más de un metro el nivel del agua.

El oeste y el sur de Estados Unidos se vieron asfixiados el fin de semana por una ola de calor «extremadamente peligrosa», según el servicio meteorológico nacional, con el mercurio elevado hasta 47 grados en algunas regiones. La capital de Arizona, Phoenix, completa ya diecisiete días con máximas superiores a 43 grados. Mientras en el estado de California, los incendios han arrasado más de 1.214 hectáreas, obligando a la evacuación de la población.

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«Tormentas eléctricas de fuertes a violentas, lluvias torrenciales e inundaciones son posibles en varios lugares, en particular y desgraciadamente en la región de Nueva Inglaterra, que ya está saturada» por las recientes precipitaciones, ha indicado el NWS. El estado de Vermont quedó anegado la anterior semana como consecuencia de las lluvias «históricas y catastróficas».

El inusual temporal parece que no dará tregua durante los próximos días. El NWS ha pronosticado que la ola de calor permanecerá de manera estacionaria sobre las regiones hasta la siguiente semana. Una situación que sólo tiende a empeorar. El aumento de la temperatura facilita la formación de tormentas extremas, según los expertos. Con el paso de los años, estos eventos cada vez son más devastadores.

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La Agencia de Protección Ambiental (EPA) norteamericana ha enfatizado que «las olas de calor se están produciendo con más frecuencia que nunca en las principales ciudades». Al ser el territorio de Estados Unidos tan extenso geográficamente, el clima varía de manera habitual entre las regiones. Sin embargo, las cotas alcanzadas ya sea por el frío o el calor están batiendo récords.

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Parte del caos del país tiene origen en su vecino septentrional. Los incendios que asolan Canadá han devastado ya una superficie total de 100.000 kilómetros cuadrados, similar a la de Islandia, según el último balance publicado por el Centro de Incendios Forestales canadiense. Con casi 900 focos activos, las nubes de humo y de partículas de ceniza han viajado a ciudades como Nueva York, Detroit o Chicago, donde, incluso, se ha llegado a detectar la peor calidad del aire de la historia.