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El huracán 'Milton' avanza hacia Florida en una imagen obtenida desde el Dragon Endeavor acoplado a la estación espacial internacional. Matthew Dominick/NASA
El huracán 'Milton' golpea Florida

El huracán 'Milton' golpea Florida

Tampa sufre una ola de tormentas y al menos una decena de tornados como fase previa a la llegada del ciclón esta madrugada

Daniel de Lucas

Miércoles, 9 de octubre 2024

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Florida ha puesto en marcha un inédito dispositivo de intervención para recuperarse de los estragos de 'Milton', el huracán procedente del Golfo de México que la madrugada de este viernes enfiló hacia Tampa, donde las autoridades han realizado una evacuación general de más de seis millones de personas. El ciclón, de enormes características, se hizo avisar por sus heraldos sobre las dos de la tarde (20.00 horas en España) con una sucesión de tornados que sacudieron el sur de Florida, Miami-Dade, Monroe, Broward y Palm Beach.

El Servicio Nacional de Meteorología alerto sobre el avistamiento de al menos una decena de ellos. Luego llegaron las tormentas eléctricas, con su pesada grisura nubosa, y el viento. Al cierre de esta edición se registraban fuertes ráfagas superiores a 70 kilómetros por hora en la costa oeste y el oleaje comenzaba a salpicar por encima de los diques como preludió de un huracán preparado para golpear tierra con rachas de 230 kilómetros por hora.

«Está apenas por debajo de la categoría 5 y, aunque existe la esperanza de que se debilite más, la previsión es que va a a tener un impacto muy, muy fuerte, y causará muchísimos daños», advirtió el gobernador, Ron DeSantis, en una conferencia de prensa en Tallahassee. DeSantis dio por hecho que «habrá muertos» entre quienes han decidido quedarse en sus casas o el fenómeno les sorprenda a la intemperie.

El Fiscal General hizo un llamamiento a quienes se hayan arriesgado a escribir su nombre y número de seguridad social con un rotulador indeleble en un brazo con el fin de facilitar su identificación en caso de fallecimiento. No hubo ayer lugar a la compasión ni a las palabras de esperanza.

«Mejor estar aquí»

Entre quienes rechazaron el desalojo figuraba John Gómez, de 75 años, vecino de Chicago que decidió viajar a Tampa para proteger su segunda residencia. «Creo que es mejor estar aquí en caso de que algo suceda», explicaba. Sin embargo, no era el caso más frecuente. Muchos se quedaron porque debían cuidar de un familiar enfermo, carecían de dinero para un viaje o simplemente se dieron la vuelta después de siete horas en un atasco. «Parece muy, muy aterrador, pero no hay forma de irse», señala un vecino, Ashley Khrais, en televisión.

Las autoridades habilitaron 200.000 plazas en refugios y pabellones deportivos. Mientras la lluvia comenzaba a arreciar anoche, era posible ver a residentes rezagados, provistos con mochilas y sacos de dormir, apresurándose a entrar en alguno de esos 149 centros de emergencia abiertos en el Estado.

El Gobierno de Estados Unidos ha desplegado a más de 8.000 miembros de la Guardia Nacional y 34 aviones de búsqueda mientras 300 ambulancias han sido destinadas solo a la región de Tampa. Más de 50.000 electricistas de todo el país se han desplazado hasta Florida porque desde esta mañana será necesario reponer tendidos eléctricos en masa. Algunas áreas del sur ya sufrieron apagones ayer durante la tarde en un territorio azotado por el miedo, la incertidumbre y una sensación de desastre inminente.

Los comercios y edificios fueron revestidos con todo tipo de paneles para proteger puertas y ventanas. Los sacos de arena se amontonaban en las calles contra los bajos de los edificios para paliar los daños del agua en caso de una riada. Se han distribuido tantos que, colocados en fila, ocuparían 4.000 kilómetros de longitud. Una base militar de la fuerza aérea y dos aeropuertos ultimaban los preparativos ante un desafío natural: son instalaciones situadas apenas a 4,3 metros sobre el nivel del mar y los meteorólogos calculan que el agua puede alcanzar entre tres y cinco de altura.

Cientos de patrullas de carreteras intentaron imponer el orden en las autopistas de salida de Tampa, donde se instaló un creciente caos a medida que millones de ciudadanos buscaban –«despavoridos» según 'El Nuevo Herald'–, cómo escapar del ciclón «más potente de los últimos cien años». Los evacuados, que ya ascendían a 5,5 millones con las primeras horas del día, se dirigían en su mayoría hacia Georgia, donde las carreteras estaban congestionadas y los hoteles llenos. «Estamos intentando hacer lo que sea, pero probablemente tendremos que conducir hasta Carolina del Sur», se lamentaba Elizabeth Murphy en 'The Washington Post'. Al menos 1.300 gasolineras de Florida cerraron tras quedarse sin reservas.

Sin bolsas de suero

La maquinaria de rescate es poderosa, aunque todo depende de los daños que cause el huracán. Basta mirar la devastación en Georgia, las dos Carolinas y la propia Florida provocada hace apenas dos semanas por 'Helene' para darse cuenta de que el nivel de destrucción puede ser tremendo. De hecho, las autoridades sanitarias se enfrentan a un grave déficit de bolsas de suero porque 'Helene' obligó a cerrar la fábrica que produce el 60% de las unidades que se usan en Estados Unidos. Lo que ocurra con 'Milton' solo puede empeorar esta carencia, aunque el Gobierno está comprando dosis a contrarreloj en terceros países.

El anterior huracán golpeó en una zona natural de los Apalaches. Pero 'Milton' se enfoca hacia la bahía de Tampa, cuya embocadura es estrecha y la plataforma costera poco profunda. Es probable además que el ciclón toque la ciudad homónima –centro comercial y de ocio de la costa oeste, con un censo de 400.000 habitantes– y Sarasota, una ciudad de 50.000 residentes, convertida en centro de peregrinaje de los jubilados de alto poder adquisitivo. «Solo estoy tomando fotografías porque probablemente esto no se verá igual en veinticuatro horas», comentaba ayer una mujer mientras paseaba a su perro en un cochecito por la bahía. El último huracán que pasó por aquí fue en 1946.

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