Diez muertos en un tiroteo durante un operativo policial en una favela de Río de Janeiro

El tiroteo se prolongó varias horas en Vila Cruzeiro, una de las barriadas que integran el Complejo da Penha, un peligroso conjunto de favelas en la zona norte de Río de Janeiro con áreas controladas por narcotraficantes De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de Río de Janeiro, nueve de los fallecidos eran miembros del Comando Vermelho que se resistieron a la acción de las fuerzas de seguridad, que en el operativo incautaron seis fusiles, granadas y municiones.

Uno de los muertos fue identificado como Carlos Alberto Marques Toledo, señalado como el jefe de la banda de pistoleros que controla el tráfico de drogas en Chatuba, una favela en la zona oeste de Río de Janeiro distante al Complejo da Penha. De acuerdo con la Policía Civil, la operación fue ordenada precisamente después de que informaciones de inteligencia indicaran que varios líderes del Comando Vermelho estaban reunidos en Vila Cruzeiro para planear la invasión de barriadas controladas por bandas rivales.

La acción policial fue respaldada por helicópteros y por vehículos blindados, así como por una enorme pala mecánica, que la Policía tuvo que utilizar para remover las barricadas de cemento montadas por los narcotraficantes para dificultar el ingreso de automóviles a la favela. Vídeos realizados por habitantes de la barriada y publicados en las redes sociales dan cuenta del intenso tiroteo que tuvieron que sufrir en el vecindario escondidos en sus viviendas y aún en la oscuridad de la noche. Algunos testigos denuncian supuestos abusos y disparos indiscriminados por parte de los uniformados.

Las denuncias sobre violencia policial se multiplicaron esta semana en Brasil, después de que una operación de los cuerpos de élite de São Paulo dejara al menos catorce muertos en la localidad de Guarujá, donde días antes había sido asesinado un agente por una banda de narcotraficantes. Pese a que el gobernador, Tarcísio Gomes de Freitas, defendió la operación y negó abusos, diferentes ONG como Human Rights Watch han exigido investigaciones independientes y exhaustivas.

En paralelo a la operación policial en Brasil, en El Salvador el presidente, Nayib Bukele, ha impuesto un cerco militar y policial en el departamento central de Cabañas, en lo que supone una nueva ofensiva contra los pandilleros. Para ello ha desplegado 7.000 militares y 1.000 policías en la región.

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«El cerco se mantendrá mientras los operativos puedan extraer a todos los pandilleros. La población de Cabañas, sus visitantes y turistas pueden estar tranquilos y realizar sus actividades normalmente», ha indicado el mandatario en la red social X, conocida anteriormente como Twitter. Poco antes, el mandatario había destacado que julio fue «el mes más seguro en toda la historia de El Salvador».

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Desde que Bukele declaró en marzo del año pasado la «guerra» a las pandillas, las autoridades del país centroamericano han detenido a miles de presuntos pandilleros a los que, tras saturar los centros penitenciarios del país, ha enviado a una macrocárcel -oficialmente denominada Centro de Confinamiento del Terrorismo- construida en tiempo récord y con capacidad de acoger hasta 40.000 reclusos.