Una madre y su hija españolas mueren en un accidente en el cráter de Ngorongoro de Tanzania

La familia es muy querida y conocida en Getxo. La madre trabajaba en los juzgados de Bilbao. La chica fallecida, de 17 años que iba a comenzar la universidad, y su hermano menor herido, de 15 años, cursaron estudios en el Colegio Francés. Ella había terminado este año el bachillerato por Ciencias y Matemáticas. Fuentes próximas aseguran que era «muy brillante» y que sus profesores están «muy afectados». También había destacado en el Club de Hockey de Getxo. El padre, abogado y director del área de Agua de Acciona, sufre fracturas en piernas y brazos; el chaval, por su parte, está más grave y tiene varias costillas rotas.

El Ayuntamiento de Getxo ha emitido un comunicado en el que su alcaldesa, Amaia Aguirre, muestra «su consternación y traslada su más sinceras condolencias a la familia ante el trágico accidente acaecido en Tanzania en el que han fallecido dos vecinas de Getxo, madre e hija». También muestra «todo su apoyo y disponibilidad para lo que fuera necesario en estos dolorosos momentos».

Según fuentes oficiales ya se está preparando la repatriación de los cuerpos, del que se harán cargo los seguros. Queda conocer la evolución de los heridos, que esta tarde serán trasladados a Nairobi, capital de Kenia. Medios próximos a la familia han informado de que una persona allegada ya se ha desplazado hasta el lugar.

La empresa que los trasladaba era una agencia de safaris que habitualmente da servicio a clientes de habla hispana. Un testigo del accidente, citado por EITB, ha apuntado que se necesita experiencia para viajar por una zona montañosa muy complicada. «El todoterreno cayó 600 metros desde arriba hasta la base del cráter. Llegó un momento en el que llegaron a una curva muy fuerte y el guía ya no pudo cambiar las marchas y el coche cayó». Según ha declarado este testigo, el resto de guías turísticos fueron los que asistieron a los heridos hasta que llegaron las ambulancias. Otros medios consultados por este periódico apuntan que el chófer, inexperto, no pudo meter la marcha reductora en un repecho, lo que provocó que el vehículo se terminase precipitando al vacío, una zona con mucho desnivel y selva.

Expertos en la gestión de viajes turísticos en la zona apuntan que en esa carretera, la única asfaltada para subir desde el cráter, entraña cierta dificultad y por eso lo guías han de tener una formación específica para afrontar el recorrido. En este caso, insisten los mismos medios, el chófer, que también está herido, no habría sido capaz de controlar el vehículo en semejante pendiente. Normalmente los coches son de cinco o siete plazas por lo que todo apunta a que la unidad familiar viajaba sola con el conductor; no ha habido más personas fallecidas en el siniestro.

La zona protegida de Ngorongoro, situada al norte del país, cuenta con el título de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y el crecimiento de visitantes ha sido importante desde 1990. El cráter, originado hacia millones de años por una erupción volcánica y en cuyo centro destaca el lago Magadi, es uno de los lugares con mayor concentración de animales salvajes en África. Es habitual las excursiones de turistas para avistar especies como el búfalo, el elefante, el leopardo, el león y el rinoceronte. Este área de conservación cuenta con una extensión de 8.000 kilómetros cuadrados y es hogar de la conocida tribu Masái.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación ha confirmado el accidente, pero por el momento «no puede» ofrecer más información. Eso sí, el Gobierno central apunta que la Embajada de España en Tanzania está haciendo «las gestiones oportunas» para dar asistencia a los afectados. También explica que las familias han sido informadas «desde que se ha tenido conocimiento» del suceso y que ha puesto a su disposición el «acompañamiento» para afrontar la situación.

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Tanzania es uno de los destinos más populares y seguros en el continente africano. Cada año atrae a más de millón y medio de turistas seducidos por sus parques nacionales, como el Serengueti, y las playas de las islas de Zanzíbar.