Un avión que se disponía a evacuar a ciudadanos turcos es atacado en Sudán

Tanto las Fuerzas Armadas como los paramilitares insistieron en que miembros del grupo rival habían hecho los disparos. Por lo que ambos consideraron que hubo una violación al alto al fuego de tres días que se había acordado desde la noche del jueves. Las RSF enfatizaron en que la base en la que aterrizaría el avión está en «un área no controlada» por ellos y aclararon que «no tienen fuerzas en los alrededores».

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Los enfrentamientos armados entre los dos grupos desde el 15 de abril ya han dejado más de 500 muertos y alrededor de 4.000 heridos. Además, los combates han provocado un éxodo masivo en el país, tanto de civiles sudaneses como de miles de extranjeros que permanecían en el territorio árabe y que han tenido que ser evacuados por gobiernos de todo el mundo.

La ONU, que interrumpió sus actividades tras la muerte de cinco trabajadores humanitarios, advirtió que ya no puede prestar ayuda en esta zona donde «50.000 menores sufren de desnutrición aguda». También alertó que la situación podría ser «peor» tras conocerse que los ataques ocurridos contra varias cárceles del país han desembocado en la fuga de miles de presos, muchos de ellos encarcelados por delitos graves. La cifra, aunque es difícil de contabilizar por el desorden público, se estima en unos 25.000 reos que han salido de los centros penitenciarios, según indicó la cadena árabe Al Yazira.

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Los paramilitares, que se han mostrado a favor de una tregua humanitaria -que sirva para evacuar a los civiles-, han pedido un cese inmediato de la violencia. «Reclamamos a la comunidad internacional que haga que los golpistas rindan cuentas por sus acciones», señalaron. Pero las bombas y los disparos hechos por parte de ambos bandos, según denuncian los propios líderes del ejército y de las RSF, continuaban este viernes en la capital, Jartum, y en la región de Darfur, en el este del país.