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Quince años después de su etapa al frente del Club Voleibol Calvo Sotelo, Juan Ruiz relata cada recuerdo como si de ayer mismo se tratara. Narra al detalle y orgulloso una etapa gloriosa en la que «hicimos feliz a mucha gente, a una isla entera», comenta consciente de lo grande que fue su Guaguas, un proyecto que en sus manos marcó una época dorada que perdurará toda la vida.
Se empeñó en hacer algo grande y no paró hasta conseguirlo. No le importó que le llamaran «loco», cuando pregonó alto y claro que se iba a traer a un por entonces joven Paco Sánchez Jover, genio y figura nacional. «Nadie me creyó, y cuando llegó a la Isla muchos se quedaron alucinados», recuerda.
«Llegué al club porque Paco García Caridad [Radio Marca] me convenció para que ayudara al equipo, y les conseguí 500.000 pesetas por medio de CajaCanarias», narra. Meses después ya era su presidente.
Su apuesta y compromiso convertirían a su entidad en algo grande. Ruiz preside el Calvo Sotelo durante 13 temporadas (del 86 al 98), donde el equipo logra 5 Ligas, 6 Copas del Rey, 1 Supercopa y una Final Four de Recopa. El voleibol se jugaba en cualquier esquina, otro de sus logros. Todos querían ser Camarero, Jover, Golec, Venancio Costa, Miralles..., auténticas estrellas del momento.
«Yo personalmente y los jugadores íbamos por los colegios. Implicamos a mucha gente, ganábamos y llenábamos el pabellón. Recuerdo que cuando coincidió un partido nuestro con uno de Las Palmas, Segundo Almeida alucinaba al ver que había más gente en nuestra grada que en la del fútbol, algo impensable antes y menos hoy en día», dice.
Pero nada es eterno. Ruiz abandona el club en el 98 y ya nada vuelve a ser lo mismo. Lo deja «saneado y con la intención de que en unos años Paco fuera su presidente y Sergio lo entrenara con otros chicos capacitados como David Rodríguez, Juanma, etcétera. Todo fue a peor, y nadie vino a preguntarme o pedir consejo, ni yo tampoco quise meterme. Cuando llamaron a mi puerta ya era tarde», dice aún con tristeza.
Admirado aún por muchos, comenta orgulloso que alguien le dijo hace poco por la calle: «Usted sí que era un buen presidente». La mejor frase que resume la trayectoria de un dirigente de leyenda. Aquel loco que se empeñó en hacer grande a un club grancanario... Y lo logró.
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