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'El Potrillo' Fernández, sigue trotando

'El Potrillo' Fernández, sigue trotando

Hijo de otro reconocido nombre de la canción mexicana popular, Alejandro Fernández, El Potrillo, mezcla sonidos tradicionales y modernos de una música que ha hecho evolucionar fusionándolo al pop o la balada latina. El cantante, que ya ha ofrecido dos conciertos en las Islas, actúa el jueves en Gran Canaria.

José Orive / Efe

Miércoles, 4 de agosto 2010, 19:22

El cantante mexicano Alejandro Fernández cerrará mañana su gira española ante más de 13.000 personas en el Estadio de Gran Canaria, con un espectáculo que durará más de dos horas. Fernández llega a la Isla avalado por la crítica y unos arrolladores resultados de taquilla, con 7.000 espectadores en su concierto en La Palma y más de 8.000, el pasado sábado, en Tenerife. Con el patrocinio del Cabildo de Gran Canaria, el Gobierno de Canarias y La Obra Social de La Caja de Canarias mañana se podrá batir un nuevo récord de asistencia, como en su último concierto en la Isla en mayo de 2008. Alejandro Fernández ofrecerá un espectáculo de grandes dimensiones para cerrar su gira en España; así ha trasladado más de 15 toneladas de escenografía y equipamiento técnico desde la Península. La producción contará con 60.000 vatios de sonido, 120.000 vatios de iluminación y un espectacular montaje de pantallas 'led'. El cantante, que estará acompañado de una comitiva de 60 personas, entre músicos, coros, mariachis y técnicos, ha traspasado fronteras con su música y se ha convertido en un artista de talla mundial, representando lo mejor de un México de tradiciones y de modernidad.

 

La música popular mexicana tuvo a mediados del siglo pasado una importante proyección internacional, especialmente a través del cine y de creadores e intérpretes del calado de José Alfredo Jiménez, Lola Beltrán, Javier Solís, Pedro Infante, Lucha Villa o Jorge Negrete, entre otros. La imagen del charro o jinete, convertido en atuendo nacional, sigue presente en algunos populares cantantes del México de hoy que siguen triunfando como sus antecesores. Es el caso de Alejandro Fernández (Jalisco, 1971), en el que confluyen los aspectos tradicionales y modernos de una música mexicana que ha hecho evolucionar su estilo más característico de la ranchera, compaginándolo o fusionándolo al pop o la balada latina, gracias a autores actuales como Juan Gabriel.

El Potrillo es hijo de otro reconocido nombre de la canción mexicana popular como Vicente Fernández, el charro de Huentín, que se labró un hueco importante en el santuario de la música campirana empezando a cantar de muy joven en bares y cantinas por todo México hasta conseguir en su apogeo congregar a miles de ávidos seguidores en conciertos multitudinarios. De tal palo, tal astilla, podría decirse, aunque Alejandro haya preferido distanciarse de la tradición sin abandonarla del todo y entregarse al pop latino para proyectar más ampliamente su carrera musical. Ésta estuvo inicialmente asociada a la influencia paterna, incluso presente hasta 2003, año en que participaron juntos en el Foro Sol de Ciudad de México en la gira Juntos por última vez en un memorable concierto de 5 horas y ante más de 50.000 personas. El propio Vicente Fernández, reconocido hombre de negocios además, que ha levantado en su Jalisco natal el Vicentódromo Arena, le hizo debutar con sólo 5 años ante 10.000 personas cantando el tema Alejandra. La experiencia debió ser tan magna que el chamaco Alejandro, sintió, según ha declarado, pánico escénico, aunque continuara en el artisteo a insistencia de su padre un año después participando junto a Vicente Fernández en la película Picardía mexicana. La experiencia no debió animarle mucho, en cuanto encaminó sus pasos hacia los estudios de arquitectura, hasta que la colaboración en el disco de su padre, México, Voz y Sentimiento con el tema Amor de los dos, de gran aceptación, y en la película Mi querido viejo, le hacen tentar nuevamente la senda artística.

Esta llegaría en la década de los noventa, en la que edita con una multinacional su primer álbum, y logra pronto colocarse entre los preferidos del público con su segundo en 1993, Piel de niña, de descarado corte romántico que ha sido el que ha definido su carrera desde entonces.

Dos años después, con Como quien pierde a una estrella, de Humberto Estrada, una especie de bolero moruno ranchero acompañado de mariachi llega su primer gran éxito y se convierte en un ídolo de la juventud. Éxito que volvería a rememorar hace 9 años con otro bolero montuno, el Tantita pena. En medio, un poco afortunado y atípico disco de villancicos con Plácido Domingo en Viena con el que trató de acercarse a un público más diverso, tras una fructuosa cooperación con el productor Emilio Estefan Jr. Canciones de Gloria Estefan, Julio Iglesias y de Armando Manzanero, aparecen también en su larga discografía cercana a la veintena de grabaciones. Sus habilidades añadidas de jinete, hizo que en 2004 Alejandro Fernández fuera requerido por el cineasta Alfonso Aráu para interpretar a Emiliano Zapata, en su película El sueño de un héroe, filme que fracasó.

 

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