El bar Benjamín, ejemplo de convivencia

Este pequeño establecimiento situado en el corazón de La Laguna, en la calle Heraclio Sánchez, ejemplifica la convivencia de dos aficiones rivales. El bar Benjamín supone el símbolo para aquellos que solo entienden el fútbol como deporte, sin intereses polémicos que medien. En el bar Benjamín se ve y se vive el fútbol con pasión, se debate sin elevar decibelios, se festeja respetando siempre al rival. Por eso supone tanto un punto de referencia para amarillos de Tenerife, que encuentran un cobijo en territorio vedado, como para blanquiazules sin rencor hacia el escudo del oponente.

El ideólogo del homónimo lugar es Benjamín, un emigrante de Valleseco que no se siente como tal en una tierra vecina a la que agradece su amable acogimiento hace ya cerca de 34 años. «Cada vez que se enfrentan los dos equipos, montamos una fiesta en el bar. Muchos grancanarios que viven en Tenerife, también estudiantes de la Universidad, vienen y disfrutamos del partido con aficionados del Tenerife. Lo pasamos realmente muy bien», admite orgulloso este canarión bonachón que ha sabido ganarse el cariño de los lugareños. Mientras acaricia con sutileza las camisetas de Las Palmas y el Tenerife, como de si de un preciado trofeo se tratase, presenta con la mirada perdida y el corazón encogido el partido de este domingo. «Los dos equipos están mal, muy mal. El empate no les vale a cualquiera, tienen que salir a ganar», afirma taxativo y apocalíptico. «Es una pena que se enfrenten así, es una pena. Las Palmas empezó muy bien la temporada, jugando muy bien al fútbol, pero en los últimos partidos se ha venido abajo. Y el Tenerife... ¡Qué decir del Tenerife! Tiene una gran plantilla, con jugadores para optar a volver a subir a Primera, pero no sé lo que ha pasado que va último en la clasificación. Va a ser un partido muy disputado, porque este resultado es muy importante para los dos», asegura con la experiencia que le confiere el seguimiento de años a los dos conjuntos representativos.

Entre café y café, el debate sobre el estado del fútbol canario continúa. El teldense Chicho conversa con el tinerfeñista Nay sobre las posibilidades de los dos equipos mientras Iciar se enfunda orgullosa la camiseta blanquiazul. También de Telde, Jacqueline y otros amarillos se suman luego al sanedrín. Mientras se alimenta el debate, Benjamín, cuidadoso y pulcro en cada petición tras la barra, no desatiende sus obligados quehaceres antes de concluir con un deseo que todos secundan con independencia del color. «Es importante que los dos equipos sigan en Segunda. Soy de la UD, pero sé que es necesario que el Tenerife logre la permanencia. Ahora lo tienen complicado, pero tras este partido quedarán puntos y partidos suficientes para lograr el objetivo».

Entonces, si se cumple el feliz augurio, Benjamín brindará porque el año que viene volverá a festejar en su bar un nuevo derbi.

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