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Sonia, que arrancó la mañana asustadiza y sin despegarse de su profesora, casi llora ahora de contenta porque Kerator la ha elegido para acompañarle y darle mimos. La niña abraza al caballo, pierde miedo, gana confianza y camina suelta junto a sus compañeros y compañeras de manada. Sonia es una de las alumnas del IES Guillermina Brito que forma parte del grupo que se divierte y crece de la mano del proyecto educativo Aprendiendo con Kerator, donde la terapia y el trabajo con caballos es parte esencial. este miércoles tienen una cita especial, la segunda en este curso: vuelven a la cuadra Caballos para Crecer, dirigida por Alexis Díaz, para seguir afianzando valores y actitudes integrados en la manada que forman Kerator, Espléndido, Xem y Dharma. «Seguridad, respeto, confianza en nosotros mismos y en los demás, alegría...», explican los niños cuando se les pregunta qué ganan desde que se relacionan con los animales. Algunos de ellos, como Sonia, están en el aula enclave porque sus necesidades educativas son especiales, otros tuvieron algunos conflictos de convivencia en su centro y muchos y muchas estudian la ESO en el 2º B del instituto sin sobresaltos. Aquí, junto a los animales, todos son iguales con sus diferencias, de la misma manera que el rebelde Xem poco tiene que ver con la serena y líder Dharma. Además, a la mayoría de estos estudiantes del centro de La Pardilla el proyecto le ha regalado su primer contacto con caballos. este miércoles se divierten en la cuadra Sonia, Natalia, Alejandro, Adrián, Claudia, Yanelis, Yanna, Adriana, Brian, Cristian, Nareme, Víctor e Iker, 13 de los 27 estudiantes que forman parte de Aprendiendo con Kerator. Trabajar en equipo, manejar las emociones disfrutando, creer en uno mismo y en los demás, perder el miedo y actuar o la comunicación se pueden afianzar caminando con tranquilidad junto a un caballo sobre el verde del barranco de Jacomar, en Tamaraceite, donde se ubica la cuadra. Si, como este miércoles, Xem trota libre y se niega a entrar, los alumnos y alumnas se organizan, ayudan, y junto a sus profesoras y Alexis consiguen que el caballo quiera regresar con ellos. Mientras, Natalia no suelta la cámara y lo graba todo. El proyecto incluye que los estudiantes elaboren material para explicar lo que hacen, documentar su experiencia. Lo cuelgan en las redes, lo explican en foros educativos: «al principio pensé que iba a montar a caballo, y al final fue aprender a aprender», resume uno de ellos en un vídeo. La guinda del día puede ser que uno de los animales se acerque a alguno y le arrope casi por sorpresa. Kerator eligió a Sonia y por eso vuelve al instituto llena de alegría.
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