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La expedición Ralons Gran Canaria que intentará la ascensión hasta el punto más alto del Kilimanjaro (5.895 metros), guiará al deportista invidente Enhamed Enhamed con una barra direccional específica para la montaña. El grupo ha practicado en Gran Canaria antes de iniciar el viaje este jueves.
La barra direccional es un medio de movilidad esencial para guiar a personas ciegas o deficientes visuales creado por el carpintero y médico de la ONCE Juan Antonio Carrascosa. Este utensilio será fundamental para elevar a Enhamed Enhamed al punto más alto África a partir del próximo jueves.
Javier Cruz, jefe de expedición con el apoyo logístico de Calima Trek, será el encargado de dirigir al campeón paralímpico y al resto de montañeros dándoles instrucciones en el extremo delantero de la barra direccional. Cruz es un experimentado alpinista que cuenta con la titulación oficial de Técnico Deportivo en Alta Montaña y se ha formado para el uso de este medio con el que Enhamed será conducido hasta la cumbre tanzana.
La barra direccional que se utilizará, y con la que se ha practicado durante los días previos al viaje esta semana en la Isla, es un sistema rígido divisible en tres piezas para su traslado que destaca por sus colores para el uso en alta montaña. El sistema, que suele ser de madera, fibra de vidrio, carbono o aluminio, suele medir entre 2,5 y 3 metros para el desplazamiento sin tropiezos, tanto caminando como en carrera. Habitualmente tiene un diámetro de unos 3 centímetros, dotado de un sistema ergonómico de agarre y asideros en los extremos, además de una señal táctil en el medio, en donde se situará la persona con deficiencia visual.
La barra hace la función de tope para limitar el desplazamiento lateral, con dos puntos apoyo que son el guía principal, y el tercer hombre, que va detrás. El sistema debe estar situada en el lado del cuerpo más cercana al riesgo, para reducirlo y no se use a modo de barandilla. Los giros se advierten de forma verbal por el guía principal, mientras que el cambio de lado de la barra se hace siempre por encima de los deportistas y de forma sincronizada.
En caso de utilizarse en caminos estrechos o en un giro muy cerrado, los montañeros se unen en el centro de la barra para reducir el radio de giro y evitar que la persona ciega, en este caso Enhamed, sea involuntariamente desplazada a la zona de riesgo. Al final de la actividad será el tercero por orden el que se haga cargo de la barra para que el guía principal esté pendiente del invidente.
Durante todo el trayecto Javier Cruz irá dando las instrucciones, describiendo el entorno y los obstáculos a sortear, siendo ratificados por la persona que vaya detrás cerrando el grupo justo antes de que Enhamed se encuentre con la piedra o escalón señalizado previamente por el guía principal.
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