Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Un día cualquiera, entre semana y a una hora prudente, uno piensa que la reserva previa de mesa no es imprescindible, pero no, en La Tortilla Boba eso no se cumple. Martes y miércoles la estampa se repite con grupos de gente esperando plaza para degustar deliciosas tortillas y otras muchas elaboraciones comunes a todos los gustos y paladares que existen. Jueves, viernes, sábado o domingo, ni lo intente si no se ha garantizado espacio.
Entrando en materia, las tortillas se despliegan como protagonistas de la carta, servidas tamaño pincho y donde arrancan con la propuesta de ibérica con jamón de bellota en tacos apreciables. Se abre paso tras ésta, la cremosa con aroma de trufa y queso brie, untuosidad en cada bocado. La de la huerta con tomate seco, albahaca y sin que falte el puntito de queso parmesano.
Un homenaje a su padre, Manolo, con una tortilla a su gusto con la cebolla y el pimiento y la llorona con cebolla y la tradicional como cierre. Todas distintas en matices, todas con el mismo denominador común: extremadamente cremosas.
No se nos ocurrió preguntarle a José Manuel por el estudio de mercado y tendencias que analizó antes de materializar su local, entre otras cosas porque ha sabido recopilar todos los «platos antojo» que existen en una sola carta: cachopos, de jamón ibérico o de cecina. Huevos rotos, o «rompidos» como aquí los llaman y donde el jamón viene a dar buena cuenta de la excepcional materia prima que emplean. La ensaladilla clásica, a la que le añaden unas gulas y una yema curada.
Suma y sigue con unas bravas de verdad. Salsa que despierta el paladar y la textura de la papa, más que correcto. Doradas en la superficie, casi asadas en el interior. Las croquetas de jamón ibérico no podían faltar y probar las de «mamá» con zanahoria, huevo y queso de plato será como dejarse mimar.
No le faltan otros imprescindibles, como unas buenas albóndigas, un pollo «Lucrecia» previamente macerado y muy bien frito y el cazón en adobo elaborado con receta andaluza. Y para colmo de antojos, la tarta de queso con base de cruasán de Colomar.
El local invita a entrar, su decoración con cierto toque industrialal que no le sobra un dulce gallinero, ya promete antes de que alguien de su personal se acerque a poner buen pan en la mesa con aceite de oliva virgen extra-Elizondo, ese aceite que es el colmo de la exquisitez. Además, de primera extracción y con su toque de sal negra.
Pero, volviendo al personal de sala, atentos a su disposición, simpatía y ejecución, porque, pocos locales lo concentran todo: sala, servicio y carta obtienen sobresaliente. Y si hay que dar una matrícula de honor, nos rendimos ante cualquiera de sus pinchos de tortilla.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.