Poemas by Hermanos Padrón: nueva propuesta, misma excelencia

José Luis Reina

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 13 de junio 2023 | Actualizado 02/11/2023 13:13h.

La llegada de nuevos platos a la carta de un restaurante como Poemas, en el imponente Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, es siempre noticia, una buena noticia. Recientemente tuve la oportunidad de adentrarme en las nuevas propuestas culinarias del equipo de cocina liderado por la herreña Iciar Pérez, que volvió de las vacaciones con las pilas cargadas, la mente despejada y las ideas igual de claras, desde el primer fogón hasta el último rincón de la sala.

Porque en Poemas siempre se ha respirado ese aire de exclusividad que sólo se puede conseguir en entornos con historia detrás, y el Santa Catalina es un buen ejemplo de ello. Impoluta sala de corte clásico y ambiente discreto, con cada mesa estratégicamente situada para que la experiencia de cada comensal sea lo más placentera posible. Esto, que parece un detalle menor, empodera de manera significativa la estancia de los invitados en esta solemne casa.

Más allá de los ya conocidos y admirables reconocimientos, con la estrella Michelin y el sol Repsol iluminando el camino, y con el íntegro asesoramiento de esos genios de apellido Padrón, Poemas es una maquinaria muy bien engrasada que camina con una seriedad y fiabilidad sumamente tranquilizadora. Y en ese afán de centrarse en lo importante, los platos, han decidido concentrar todos los esfuerzos en dos únicos menús: Poemas y Clásicos.

El primero, más largo y perfecto pero vivir la experiencia completa, comienza con un explosivo prólogo que despierta rápidamente al comensal y lo sitúa de lleno en la creatividad que aquí se ofrece. Tartaleta de choco, con el caldo servido en copa incluido; unos sorprendentes tomates encurtidos; elegante y sutil empanadilla de lechuga de mar, bacalao, porrusalda y caviar; y dos viejos conocidos de la casa: bocadillo de rabo con mayonesa de pimienta fermentada y el glorioso turrón de morcilla canaria y praliné de almendras. Parece que no es mal comienzo, ¿verdad?

Mientras, Rafael Hurtado es el encargado de maridar cada plato, con una secuencia de propuestas líquidas perfectamente compenetradas con las creaciones de cocina, en un baile de movimientos, sensaciones y sabores de muy alto nivel. Eso, créame, es mucho tiempo de investigación, pruebas, descartes y más pruebas hasta dar en el clavo. En este sentido, nos encontramos con dos maridajes propuestos para este menú largo: Poemas de los Elementos y Poemas de la Tierra.

El primero, doce vinos para realizar un recorrido a lo largo del mundo por las regiones vitivinícolas más destacadas; el segundo, secuencia de 6 copas de vinos elaborados en Canarias. Todos ellos, claro, explicados, narrados, descritos y contados con tanta claridad que el comensal sentirá que recorre esos paisajes que tan bien describe Hurtado.

Este menú Poemas prosigue a un excitante ritmo para dar paso a los principales, que con cinco pases lo convierten en uno de los menús más interesantes del panorama local, desde luego. Chipirón, ajo negro y limón encurtido; una divertidísima sopa de cebolla; anguila a la 'Benedictine'; cherne, blanco de cherne y kale frito, y el singularmente fascinante pichón asado con cacao. Son cinco bocados de técnica, de matices, de fondos y de mil detalles. ¿La gastronomía es arte? Esto se le parece mucho.

Ampliar

Síguenos en el canal de Whatsapp de CANARIAS7

En los postres sigue la aventura, con el comensal ya totalmente entregado a la causa. Pistacho, helado de parchita y azafrán para romper el hielo; un espectacular taco de pera asada coronado con trufa y, ojo aquí, chocolate ahumado, Jack Daniels y mandarina. Un trío este que remata, para bien, una experiencia que es precisamente eso. Por ambiente, por sala, por ritmos, por armonía, por estar donde está, por prácticamente todo, aquí se vive una experiencia de principio a fin. Una cena especial, un regalo perfecto. Da igual el fin, porque ese ya está preparado. Aquí siempre hay final feliz, y eso no lo pueden decir todos.