Dorotea, la «neotasca» que nunca deja de sorprender

Vanesa Delgado

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 5 de noviembre 2024, 23:20

No cabe duda de que muchos han sido los renglones que esta tasca ha rellenado en los medios y redes sociales. Un lugar que no ha perdido su esencia, la que dejaron impresa Ana e Iraya cuando quisieron hacer de Dorotea un lugar entrañable donde comer, y beber, muy rico fuera una constante. Desde el desayuno, pasando por el aperitivo, el almuerzo y hasta la cena.

Platos, combinaciones, y fusiones, inspirados en viajes y en recuerdos que a nadie dejan indiferente y hasta sirven de inspiración a otros que intentan imitarlas.

Ahí quedan como prueba, su bocadillo de cochino, sus puerros homenaje o su cochino tonnato, platos ya memorables que le han valido para considerar a Dorotea una tasca legendaria en la capital grancanaria.

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Siempre lo han tenido muy claro, el mercado y la temporada son sus despensas principales, a partir de ahí y desde la exigencia de Ana, se crea y se prueba hasta que guste. Tarea nada sencilla porque aún queda que los clientes, amigos de Dorotea, den el aprobado, cosa que por cierto nunca baja de un considerable notable.

Por si todo esto fuera poco, en Dorotea se empeñan en adecuar el calendario a las creaciones que sirven de hilo conductor para celebrar todo aquello en lo que creen y así lo comparten con su nutrida clientela.

Celebraciones como el emotivo Día de los Muertos mejicano, donde el color y el sabor explotan al unísono. Y bien valdría para que otros tomen nota, porque sin duda resulta más alegre y fascinante que otras nuevas modas menos agradables.

Uno no se imagina que, en la pequeña y bien apañada cocina de Dorotea, la creatividad impere como si de un miembro más del equipo se tratara. De hecho, antes de que la Navidad amenace intensamente con aparecer, aún se pueden probar esos platos en homenaje al Méjico más genuino, como su taco de atún patudo, pescado en las costas de Fuerteventura, al estilo Contramar (restaurante señero mejicano), un plato que Ana promete no sacarlo de carta.

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Para otras elaboraciones sí que hay que darse un poquito de prisa, como la quesadilla de birria, perfectamente mechada y con una textura y potencia extraordinarias.

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Y sus ceviches, que sean del pescado que sean, lo bordan cual encaje de bolillos, pero el que ha honrado este mes, con su sama de costas canarias en leche de tigre de maracuyá rellenando al gusto del comensal un pan de gambas estilo chino, es pura perdición. Desde luego que, si la intención es la de llevarnos al cielo, en Dorotea lo han conseguido.

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Unos pocos días nos quedan para despedirnos de Méjico sin salir de Gran Canaria y más concretamente de su capital, pero albergamos la esperanza y, por qué no decirlo, el ansia por probar a qué sabrá la Navidad en la casa de Dorotea.

Ana así nos lo confirma y ya están en pleno proceso, con los calderos y pucheros en ebullición y nos adelanta dos de las creaciones que acompañarán las fiestas más entrañables del año, desde Navidad y hasta que lleguen sus Majestades de Oriente: un humus de lenteja negra, por el que Ana ya suspira y hasta pone los ojos en blanco y una costilla, yuka y tuno indio. Nosotros ya lo hemos dejado por escrito en nuestra lista de deseos.

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Mientras se terminan de ejecutar, al nutrido club de fans de Dorotea solo le queda ir cogiendo reserva, porque como siempre, todo lo que aquí se hace merece ser celebrado con ellas.

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