-k07C-U210451852137eSE-1200x840@Canarias7.jpg)
Me lo contaba una amiga hace unos meses y, muchas de las publicaciones que sigo hablaban del mismo fenómeno. Los restaurantes chinos de toda la vida empiezan a elaborar «otras cartas» con auténtica comida china.
Publicidad
Parece ser que, en comunidades como Madrid, este viraje hacia otros ingredientes, texturas y sabores están causando auténtico furor y, las reservas y las colas, se amontonan hasta casi la desesperación.
Según parece, este fenómeno en nuestra capital, bien es verdad que no es tan novedoso, pero, lo que sí que es cierto es que, cada vez más establecimientos de comida china, tal y como la entendemos desde siempre, con sus rollitos de primavera, su arroz tres delicias, su chop suey de lo que sea, su pollo con almendras o su ternera en salsa de ostras, empiezan a convivir en otra carta, con platos como el «san xian chui jiao».
En mi caso, me sucedió más o menos lo mismo que le está sucediendo al público madrileño. No tardé en preguntarle a mi amiga por el restaurante al que debía acudir para adentrarme en la cocina mandarina. Ella, otra apasionada de la gastronomía me envió rauda y veloz el enlace del Google Maps que debía dirigirme y, hasta allí me fui, estupendamente acompañada por otros curiosos a los que también le puede el paladar.
El restaurante es el típico restaurante chino como los cientos que hay en nuestra isla, pero, lo primero que llamó nuestra atención fue que el resto del público con el que compartíamos sala era todo oriental, augurio por tanto de la autenticidad de su comida.
Publicidad
Nuestra amiga ya nos había advertido que pidiéramos la otra carta y aquello parecía una especie de contraseña secreta que ayudó a incrementar nuestra emoción y nuestras expectativas.
Como respuesta a nuestra petición, la encargada, Lucy para más señas, no tardó en acercarse a nuestra mesa y, en un español lleno de buenas intenciones, nos explicó que podían hacernos otros platos diferentes, pero quería, ante todo, conocer nuestros gustos. ¿Ternera? ¿Fideos diferentes chinos muy finos? ¿verduras solo de China? Y así una sugerencia tras otra fuimos sumando platos porque queríamos probarlo todo.
A lo que Lucy nos advirtió «las cosas de interior, para otro día» y a lo que la amabilísima Lucy se refería no era a otra cosa que las vísceras. Nos recomendó empezar por lo conocido y dejarnos para otro momento lo más radical.
Publicidad
Y arrancamos la experiencia. Lejos de los rollitos y los wan-tun, con un plato que lleva por nombre san xian shui jiao que vienen a ser unas conocidas gyozas. Eso sí, más apretaditas, de relleno generoso, masa muy suave y solo elaboradas al vapor. Bocado híper sabroso e ideal para ir abriendo boca.
Y continuamos nuestra incursión con un arroz, eso sí, el especial de la casa que, salvo por la col rallada, el resto estaba repleto de verduras desconocidas, todas crujientes y sabrosas, así que empezamos a comprender el porqué de la adicción a estas nuevas tendencias en comida oriental.
Publicidad
El arroz, que lo fulminamos en cuestión de minutos, dio paso a los fideos de los que Lucy nos hablaba, finos, al dente, textura complicada de conseguir por cierto. Con verduras más reconocibles y con la presencia de gambas más habitual que de costumbre. Un plato ligero pero lleno de sabor.
Aquella ternera de la que Lucy nos hablaba era realmente men gijo niu nan, una especie de estofado súper tierno, con una especie de papas, algo dulces. Texturas suaves, sabores intensos y con una presentación en mesa de lo más tradicional. Eso sí, por más que Lucy quiso darnos el nombre de esa especie de papa fue misión imposible porque solo lo sabía decir en chino. Y, por unanimidad, este plato también nos cautivó.
Publicidad
Y terminamos con el conocido y reconocido pollo y por más que le advertimos que no le temíamos al picante, ella prefirió dejarlo en algo suave llevando hasta nuestra mesa pollo gongbao. Tierno, medio picante por recomendación de Lucy, diferente y súper aparente. Para repetir, y eso que en esta «nueva versión de comida china» las raciones también son generosas.
De postre, Lucy nos hizo llegar unos lichis, bocado fácilmente reconocible, pero, lo que realmente nos llevamos de recuerdo ya era mucho más sugerente que cualquier postre.
Noticia Patrocinada
Eso sí, en las mesas anexas observábamos como otros platos servidos en llamativos artilugios eran disfrutados por comensales orientales y pedimos a Lucy que nos lo explicara. Ella, afanada por atendernos mejor que bien y con la mejor de las sonrisas, nos invitó a empezar despacio, a volver otro día y que fuésemos haciendo el paladar paso a paso. Y, sin lugar a dudas, a Lucy volveremos a hacerle caso.
Más información de: Restaurante Chino Pacífico.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.