10 recetas fáciles y baratas para la cuesta de enero

2 huevos

300 g de salsa de tomate (a ser posible casera)

150 g de guisantes congelados

150 g de jamón serrano en taquitos

Agua

Sal gruesa

Guisamos los guisantes en agua hirviendo con un puñado de sal, durante 10 minutos.

Una vez guisados, dejamos escurrir hasta que se sequen.

Encendemos el horno a 180º calor arriba y abajo.

Vertemos la salsa de tomate en una fuente para horno.

Repartimos los guisantes por encima de la salsa de tomate, dejando la parte central de la cazuela libre.

Con ayuda de un separador de huevos, separaremos las claras de las yemas.

Disponemos, con cuidado, las claras sobre el hueco central que habremos dejado en los guisantes.

Introducimos la cazuela en el horno hasta que apreciemos que las claras ya están cuajadas y de color blanco. Este paso normalmente tarda unos 7/8 minutos.

Una vez que las claras estén cuajadas y con sumo cuidado, vertemos la yema en el centro de la clara.

Volvemos a introducir en el horno la fuente y calculamos 3 minutos más. Conseguimos con este paso que la yema quede en su punto y perfecta para mojar.

Pasados los 3 minutos, retiramos inmediatamente del horno y servimos en la misma cazuela.

Disponemos en la mesa el jamón, lo más picadito posible y con la cazuela aún muy caliente, lo repartimos a discreción sobre los huevos.

500 g de cebolla (dulce mejor que mejor)

2 litros de caldo de carne

1 cucharadita de tomillo

Sal gruesa

1 cucharada de harina

100 ml de Jerez

170 g de mantequilla

Rebanadas de pan

El queso que más nos guste para fundir (se suele utilizar gruyere)

Derretimos la mantequilla a temperatura media en un caldero alto.

Mientras se derrite cortamos las cebollas en juliana

Cuando la mantequilla comience a hacer burbujitas, incorporamos toda la cebolla y bajamos la potencia del calor a media-baja.

Las cebollas ser irán caramelizando y las mantendremos a la misma temperatura durante una hora y aprovechamos para rectificar de sal.

Cuando la cebolla obtenga cierto color doradito y haya reducido el volumen inicial, incorporamos harina y mezclamos bien hasta que se dore.

Una vez tengamos la harina bien integrada, vertemos el Jerez y subimos a potencia máxima para que el alcohol se evapore, durante dos minutos sin dejar de remover para que no se nos pegue el fondo del caldero.

Una vez pasados los dos minutos, bajamos a potencia media y vertemos el caldo de carne.

Mezclamos bien, incorporamos el tomillo, tapamos el caldero y lo mantenemos a potencia media durante 45 minutos, removiendo de vez en cuando.

Pasados los 45 minutos, el fondo de nuestra sopa ya estará listo y solo tenemos que darle el toque final. Para ello, cortamos en rodajas un buen pan y lo cubrimos con el queso rallado.

Vertemos la sopa en un recipiente apto para horno y colocamos el pan con el queso sobre la misma.

Precalentamos el horno a 190º función gratinar y horneamos hasta que el queso esté completamente fundido.

Sacamos del horno y servimos sobre la marcha.

500 g de garbanzos

2 costillas desaladas

1 cebolla

1 pimiento rojo

1 hoja de laurel

Aceite de oliva

Pimienta blanca

1 chorizo asturiano

1 trozo de bacon

2 tomates rallados

2 lt de agua

Dejamos de remojo los garbanzos en agua caliente desde la noche anterior.

Al día siguiente, lo primero que debemos hacer es el caldo en el guisaremos los garbanzos, así que en un caldero alto vertemos un chorrito de aceite de oliva y una vez caliente, doramos las costillas, que saltearemos por ambos lados.

Una vez doradas, vertemos el agua y añadimos la hoja de laurel.

Llevamos el caldo a ebullición durante 30 minutos a potencia media.

Cortamos muy menudita la cebolla y el pimiento rojo. La cabeza de ajos la mantenemos entera y, procurando que no se rompa, le retiramos la piel más externa.

En un caldero con buen diámetro, vertemos un chorrito de aceite de oliva y pochamos la cebolla y el pimiento, sin que lleguen a tomar color.

Añadimos también la cabeza entera de ajos.

En este momento retiramos el agua de los garbanzos donde los tenemos en remojo, les damos un nuevo enjuague y los escurrimos bien.

Mientras tanto, partimos el chorizo en pedacitos y vamos colando el caldo.

Retiramos las costillas y las desmenuzamos, guardando la carne.

Incorporamos las carnes a la fritura, el chorizo, la carne de las costillas y el bacon en un solo trozo y damos unas vueltas para que todo vaya cogiendo sabor.

Incorporamos los garbanzos ya escurridos.

Comenzamos a verter caldo hasta que cubra los garbanzos.

Mantenemos a potencia alta hasta que hierva, en ese momento bajamos a potencia media-alta e incorporamos el tomate rallado.

Mantenemos la cocción en un hervor suave durante una hora, el tiempo dependerá mucho de la calidad de los garbanzos. Una vez que tengan una consistencia melosa, sin que se deshagan, ya estarán listos para llevar a la mesa.

400 g de pasta

200 g de setas portobello

150 g de bacon en tiras

1 cebolla

1 diente de ajo

300 g de espinacas

200 ml de nata para cocinar

75 g de queso parmesano

Aceite de oliva

Pimienta negra

Sal gruesa

Comenzamos cortando en brunoise la cebolla y al diente de ajo le retiraremos el germen central.

En un caldero bajo con buen diámetro, sofreímos la cebolla y el ajo hasta que se empiecen a dorar.

Añadimos el bacon y salteamos durante 10 minutos hasta que el bacon quede bien hecho.

Limpiamos las setas utilizando un paño húmedo, evitando mojarlas.

Cortamos las setas en pedacitos y las incorporamos al caldero con el resto de los ingredientes.

Cuando aprecie que el conjunto ha perdido un cuarto del volumen añadimos las espinacas lavadas previamente.

Mezclamos bien y en este momento, hervimos abundante agua con un buen puñado de sal para cocer la pasta.

Mientras cocemos la pasta, añadimos a la mezcla la nata. Mezclamos hasta integrarla.

Una vez integrada, añadimos una cucharada de queso parmesano rallado y reservamos el resto del queso.

Volvemos a integrar y apagamos el calor, pero manteniendo el conjunto al calor residual.

Desde que la pasta esté en el punto exacto de cocción, escurrimos ligeramente del agua y, sobre la marcha, la añadimos al caldero junto con el resto de los ingredientes.

Mezclamos, damos un buen toque de pimienta negra recién molida y ya la tenemos lista.

1 kg y ½ de ternera de añojo molida

1 huevo

Un chorrito de salsa Worcestershire (salsa Perrins)

1 cucharada sopera colmada de pan rallado

1 cebolla grande

2 dientes de ajo

1 vaso de salsa de tomate casera. Si no tienen salsa casera pueden añadir 4 tomates maduros.

Un chorrito de Jerez

½ cucharadita tamaño moka de pimentón dulce

Harina simple de trigo

Aceite de oliva

Sal gruesa

Pimienta negra

Comenzamos colocando la carne en una fuente y añadiendo un buen chorrito de salsa Worcestershire, el huevo entero, sal al gusto, pimienta negra molida y el pan rallado.

Amasamos bien hasta que veamos que todos los ingredientes se han integrado junto con la carne.

Reservamos y dejamos reposar una media hora antes de formarlas.

Pasado el tiempo de reposo formamos las bolitas, el tamaño será al gusto de quien las cocine.

Cuando tengamos todas las bolitas hechas, las pasamos por harina.

Calentamos, en un caldero bajo con buen diámetro, aceite de oliva.

Cuando esté caliente sin que llegue a humear, incorporamos una a una las albóndigas sin que se peguen entre sí y las doramos.

Una vez doradas, las sacamos del caldero y las reservamos.

En el mismo aceite donde hemos dorado las bolitas, añadimos la cebolla cortada en juliana y los ajos en trocitos.

Sofreímos a potencia media hasta que tengan el punto de fritura, no hay que dejar que se quemen.

Vertemos la salsa de tomate o los tomates maduros cortados en cuartos, importante si usan esta opción, que estén pelados.

Mezclamos bien la salsa con el resto de la fritura y cuando todo esté integrado, vertemos el Jerez y una punta de cucharadita de pimentón dulce.

Mantenemos unos dos minutos a potencia alta.

Vertemos la salsa resultante en un vaso de batidora y batimos bien hasta que no veamos ningún trozo.

Una vez batida, volvemos a incorporarla al mismo caldero que hemos utilizado desde el principio, incorporamos las albóndigas que teníamos reservadas y a fuego bajo y vigilando de vez en cuando, las pondremos al calor unos diez minutos más y ya estarán listas.

80 g de arroz de grano largo, en crudo por persona

Agua

1 calabacín

2 zanahorias

2 puerros

1 huevo por persona

Un chorrito de limón

50 ml de salsa de soja

Aceite de oliva

Chili en polvo o cilantro fresco picadito, opcional

Hervimos abundante agua en un caldero.

Una vez rompa el hervor, incorporamos el arroz y calculamos 15 minutos.

Removemos de vez en cuando para el arroz no se pegue al fondo del caldero.

Mientras se guisa el arroz, lavamos las verduras y las cortamos en cuadraditos. Una vez cortadas podemos mezclarlas todas.

Una vez pasado el tiempo de cocción del arroz, escurrimos el agua y cortamos la cocción bajo un chorro de agua fría.

Reservamos el arroz en el escurridor para que se seque bien, antes de emplearlo en la receta. En un caldero bajo y ancho, calentamos un fondo de aceite de oliva.

Cuando el aceite esté bien caliente incorporamos todas las verduras y salteamos, sin dejar de remover para que no se nos quemen, durante dos minutos.

Batimos los huevos y bajamos la potencia del calor al mínimo.

Incorporamos los huevos al caldero y removemos hasta que empiecen a cuajarse.

En ese momento y para que los huevos no se sequen, retiramos el caldero de la fuente de calor y, sobre la marcha, incorporamos el arroz.

Mezclamos todo muy bien, hasta que todos los ingredientes queden perfectamente integrados. Como toque final, vertemos la salsa de soja y un chorrito de limón.

4 papas medianas

1 cebolla

1 pimiento verde pequeño

2 dientes de ajo

1 cucharadita de comino entero

½ cucharadita de pimentón dulce

½ manojo de cilantro

2 huevos (se calcula uno por persona)

Sal gruesa

Agua

Aceite de oliva virgen

1 tomate maduro rallado

Unas hebras de azafrán

Comenzamos cortando la cebolla en brunoise y el pimiento verde del mismo tamaño que la cebolla.

Picamos los dientes de ajo y los incorporamos a un almirez.

Cuando la cebolla y el pimiento estén melosos, añadimos la pasta que hemos preparado en el almirez, a la fritura.

Mezclamos bien, mantenemos la temperatura a potencia media y mientras se va guisando todo, rallamos el tomate.

Una vez rallado, lo incorporamos a la fritura.

Durante unos minutos mantenemos todo al calor suave y mezclamos para que se integre bien, la base del caldo de papas.

Añadimos las papas cortadas a la fritura y removemos integrando toda la base.

Acto seguido, cubrimos de agua hasta cubrir las papas, justo por encima de estas.

Diluimos unas hebras de azafrán y rectificamos de sal.

Mientras el caldo toma temperatura, iremos lavamos el cilantro y lo añadimos al caldo.

Subimos la potencia y removemos de vez en cuando, hasta que rompa el hervor.

Una vez que el caldo hierva, bajamos la temperatura a potencia media y calculamos 25 minutos.

Ya con el caldero retirado de la fuente de calor, incorporamos los huevos al caldo, con cuidado de que no se nos rompa y, sobre la marcha y con la ayuda de una cuchara, comenzamos a dar vueltas al caldo hasta que los huevos se conviertan en una especie de hebras que se cocinarán con el calor residual del caldo.

Tapamos y mantenemos así, unos 5 minutos más y ya estará listo para llevarlo a la mesa.

¼ kg de garbanzos

1 tomate

1 cebolla

250 g de carne de morcillo

1 chorizo asturiano

2 papas medianas

Sal gruesa

1 cucharadita de pimentón

1 sobre de azafrán

Aceite de oliva

Agua

200 g de fideos gruesos

Desde la noche anterior, hasta emplearlos en la receta, dejamos los garbanzos de remojo en agua.

Al día siguiente, comenzamos con una fritura en aceite de oliva a temperatura media de, cebolla cortada en pedacitos y del tomate, sin piel ni pepitas, también cortado en cuartos pequeños.

Mientras se guisa la fritura pelamos, lavamos y chascamos las papas en cuadros medianos

Volvemos a mezclar, añadimos el azafrán y rectificamos de sal

Seguimos a temperatura media baja, mientras que removemos el guiso. Escurrimos los garbanzos del agua en que los dejamos de remojo y los añadimos al caldero.

Cubrimos de agua hasta que sobrepase al menos, dos dedos por encima del volumen de los ingredientes.

Por último, añadimos los fideos y mantenemos el guiso durante unos 40/50 minutos, a temperatura media y removiendo de vez en cuando, siempre vigilando que no le falte caldo.

Una vez terminado el tiempo de cocción, servimos sobre la marcha, aunque antes de retirarlo del fuego, debemos comprobar que los garbanzos estén tiernos.

½ kg de lentejas.

1 chorizo asturiano.

1 morcilla asturiana.

1 trozo de bacon o panceta.

1 cebolla.

1 cabeza de ajos.

Agua

Disponemos el chorizo, la morcilla, el trozo de bacon o panceta, la cebolla que la mantendremos entera y solo la pelaremos y lo mismo con la cabeza de ajos.

Partimos el chorizo en pedacitos pequeños.

En un caldero alto, con buen fondo, incorporamos el chorizo troceado y el bacon entero.

Encendemos el fuego a potencia media y doramos ambos ingredientes ligeramente.

Una vez dorados, sin que se quemen, incorporamos al caldero, las lentejas.

Mezclamos bien y añadimos la cebolla y la cabeza de ajos. Siempre mantendremos el calor a potencia media.

Cubrimos de agua, hasta que sobrepase, sin excedernos demasiado, todo el conjunto.

A partir de ese momento y siempre a temperatura media, calculamos una hora. Apreciarán como las lentejas comienzan a «apotajarse».

Cuando queden unos cinco minutos para el final de la cocción, partimos en pedazos la morcilla y la mezclamos bien con el resto de los ingredientes, retiramos del calor y ya estarán listas.

Restos de la carne de la sopa

La zanahoria que hemos utilizado en la sopa.

Los garbanzos que hemos cocido en la sopa.

1 taza de salsa de tomate casera o dos tomates maduros.

1 cebolla.

2 dientes de ajo.

1 pimiento rojo pequeño.

1 hoja de laurel.

Una cucharadita, tamaño moka, de azafrán.

Sal gruesa.

Dos tazas de caldo colado, de la sopa.

Aceite de oliva

Comenzamos separando los ingredientes que habremos utilizado en la sopa. Yo utilizo la carne, la zanahoria y los garbanzos.

Seguidamente, cortamos muy menudos los ajos y la cebolla. A los ajos les retiraremos el germen central.

En un caldero amplio y bajo, sofreímos ambos hasta que estén transparentes.

Del mismo tamaño que los ajos y la cebolla, cortamos el pimiento y lo añadimos a la fritura.

Si van a emplear tomates enteros, debemos añadirlos en este momento a la fritura pero, primero debemos de retirarles la piel y las semillas.

Una vez tengamos la fritura en su punto, añadimos la carne previamente cortada en tamaño bocado.

Si emplean salsa de tomate casera, la añadimos al caldero, inmediatamente después de la carne.

Mezclamos bien e incorporamos los garbanzos, hasta integrarlo todo.

Mantenemos siempre la temperatura a potencia media y añadimos la hoja de laurel y las dos tazas de caldo de la sopa, previamente colado.

Mezclamos y añadimos la cucharadita de azafrán.

Volvemos a mezclar y, mantenemos siempre una temperatura media constante, la carne se irá deshilachando y el caldo se irá consumiendo poco a poco.

Cuando aprecien que queda poco caldo, añadimos la zanahoria, cortada en rodajitas finas.

Mezclamos bien y ya estará lista la ropa vieja. Lo ideal es servirla bien caliente.