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Bea Miranda
Las Palmas de Gran Canaria
Miércoles, 4 de diciembre 2024, 22:59
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Esta receta fácil de risotto de calabaza con setas queda a la altura de cualquier plato de pasta y, por experiencia propia, confirmamos que está para chupar la sartén. Me gusta porque es un paso a paso sencillo y sin duda la ruta más directa para triunfar delante de los invitados en estas fechas de reuniones y celebraciones.
Probablemente, se convierta en una petición habitual para los almuerzos o cenas de fin de semana en casa, porque el dulzor que aporta la calabaza junto a la potencia del queso parmesano resultan en un plato inigualablemente cremoso, nutritivo, equilibrado y con todo el sabor de la cocina italiana. No lleva nata ni salsa de tomate. Si no es suficiente esto para ponernos de camino al supermercado a buscar los ingredientes para hacer esta receta, diré, además, que es una forma estupenda para que los más peques coman verduras sin darse cuenta y que los más mayores puedan disfrutar de una receta suave, junto a la familia.
El tipo de arroz ideal para hacer un risotto es el arroz arborio o el carnaroli. Son fáciles de encontrar y en los supermercados también suele haber un «arroz especial para risotto» indicado en la etiqueta. En cualquier caso, es preferible utilizar un arroz de alto nivel de almidón, que es lo que hace que el resultado sea meloso. Es importante no enjuagarlo previamente, para conservar su contenido en almidón.
Después de varias investigaciones y charlas con ciudadanos del país de la pasta y el risotto, he aprendido que la clave del éxito para hacer un buen risotto es acompañarlo y mimarlo durante todo el proceso. Como un si se tratara de un ragazzino, no hay que perderlo nunca de vista y hay que tratarlo con amor.
500 g de arroz
1 cebolla
600 g de calabaza
250 g de champiñones
100 g de queso parmesano
50 g de mantequilla
¼ vaso de vino
1 l y ½ de caldo de ave o de verduras
2 dientes de ajo
Nuez moscada, pimienta y sal
Una cuchara de aceite de oliva
Cebollino (opcional)
Pelamos y cortamos la cebolla en brunoise o mirepoix (en trocitos pequeños). Pelamos y cortamos la calabaza en cubitos de unos 4 cm (no tienen que ser perfectos, ya que luego haremos un puré con la cebolla, la calabaza y los champiñones). Lavamos los champiñones ayudándonos con un pañito húmedo y los cortamos en láminas. Picamos el diente de ajo y reservamos. Recomiendo rallar el queso y cortar la mantequilla desde el principio, para luego tenerlo a mano. Una buena preparación hará que el cocinado sea una experiencia mucho más relajada y placentera.
En una olla de tamaño mediano, echamos un chorrito de aceite de oliva y añadimos al fuego las cebollas. Las dejamos pochar durante unos minutos. Añadimos una pizca de sal para que la cebolla vaya soltando su agua.
Cuando la cebolla comience a dorarse, añadimos los champiñones y salteamos unos minutos. Mientras tanto, por otro lado, iremos calentando a fuego medio nuestro caldo de ave o de verduras. En este punto podemos agregar una pizca de pimienta y de nuez moscada para aromatizar, incluso añadir algunas hojas de salvia (hierba aromática muy común en la cocina italiana).
Como último paso de lo que será nuestra salsa, añadimos los dados de calabaza, junto con el ajo picado y sofreímos todas las verduras, removiendo de vez en cuando para que no se quemen. Vertemos un cucharón de caldo y un vaso de agua, lo justo para cubrir las verduras y dejamos que guisen hasta que estén blanditas. Trituramos las verduras utilizando una batidora de mano o un vaso americano hasta tener una crema homogénea y espesa. Por otro lado, bajamos el fuego del caldo al mínimo, que utilizaremos más tarde para el arroz.
En una cacerola baja (o en la sartén más grande que encontremos en la cocina), tostamos el arroz ligeramente y añadimos el vaso de vino blanco, sin dejar de mover, esperamos a que el alcohol se evapore y añadimos un cucharón del caldo, cubriendo apenas el arroz unos milímetros.
Este es el momento más importante del risotto de calabaza y setas. Para conseguir la cremosidad y el punto del arroz deseado, bajamos el fuego y vamos añadiendo poco a poco el caldo, reponiendo el líquido que se va consumiendo. Si llega un momento en el que nos quedamos sin caldo, se puede añadir un poco de agua, hasta que el arroz esté listo.
Es entonces (y no antes) cuando añadiremos el puré, revolviendo con movimientos envolventes hasta que se integre con el arroz. Incorporamos la mantequilla, sin dejar de remover. Apagamos el fuego y con el calor restante integramos el queso rallado. Dejamos reposar unos minutos y ya está todo listo para emplatar y disfrutar de esta sabrosa receta de risotto de calabaza y setas. Fácil y deliciosa.
Podemos hacer la calabaza al horno, con una cuchara sopera de aceite de oliva y un poco de sal, para dar un extra de sabor a la receta. De esa forma, además, vamos preparando el arroz mientras la calabaza se va cocinando.
Si apartamos algunos champiñones del puré para añadir directamente al final, aportamos otras texturas al plato, haciéndolo más divertido.
Para hacer aún más atractivo y apetecible este risotto de calabaza, podemos decorar el plato con cebollino picado o con hojas de salvia fritas, aportando así un toque aromático para redondear la presentación.
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