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Las recetas que te cuento ·
Hace algunas décadas que probé por primera vez este aperitivo y, he de reconocer que no fue un flechazo al primer mordisco, sino una relación que ha necesitado su tiempoEste aperitivo o entrante se puso muy de moda por la década de los 80. Los nacidos en los 70 y hacia atrás, seguro que recordarán el protagonismo que tomó esta especie de ensalada porque no había cena, almuerzo o celebración en la que servir esta receta no fuera algo así como símbolo de distinción y buen gusto.
Dicho esto, a más endivias me comía menos lo entendía porque todo hay que decirlo, el amargor de la endivia es difícil y la intensidad del queso azul, más difícil todavía. Unir ambos a mí me parecía un martirio gustativo. ¿Quién podría preferir este bocado antes que unas croquetas de jamón, un pincho de tortilla o unas anchoas? Tengo la respuesta: mi madre.
Pascua, Navidad, santos y cumpleaños que se celebraran, ahí llegaba ella con la bandeja de envidias para dar la bienvenida y tanto fueron las veces que las preparó que a mi paladar no le quedó más que apreciarlas, por eso de que el roce hace el cariño y, hoy por hoy, las preparo y las disfruto yo, solo con mi hermana Ana cuando tengo la suerte de que se venga a mi casa a comer juntas porque, mi tribu aún está en tránsito con esta receta, pero yo sé que algún día, la apreciarán tanto o más que yo.
Tiempo de preparación
10 minutos
Tiempo de cocción
0
Tiempo total
10 minutos más 2 horas de frío
Comensales
6
Calorías
Algunas
Categorías
Aperitivos
2 ramilletes de endivias
120 g de queso azul
2 cucharadas de queso crema
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de vinagre de manzana
80 g de nueces peladas
Pimienta negra
Comenzaremos deshojando el ramillete, con cuidado de que no se nos rompan las hojas para utilizarlas a modo de barquitos para rellenar. Una vez las tengamos separadas las lavaremos y secaremos bien.
En un recipiente desmenuzaremos el queso azul.
Añadiremos el queso crema.
Verteremos el aceite de oliva.
Haremos lo mismo con el vinagre de manzana, que ayudará a restar amargor al resultado final.
Partiremos las nueces toscamente antes de añadirlas. La idea es que la nuez añada un toque crujiente al conjunto que lo hace más agradable en la textura final.
Con ayuda de un tenedor, iremos mezclando todo, la idea es que quede una especie de pasta cremosa, con los tropezones de las nueces.
Una vez mezclado, añadiremos un toque de pimienta. En ningún caso añadiremos sal porque el queso azul es salado.
Volveremos a mezclar hasta unificarlo todo y, con la ayuda de una cuchara y con mimo y paciencia, iremos rellenando cada barquito de endivias y colocándolos en forma de flor en una fuente redonda y plana.
Taparemos bien y enfriaremos unas dos horas antes de llevarlas a la mesa para disfrutar de su peculiar e intenso sabor.
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