Cóctel de gambas, la receta perfecta con solo tres ingredientes para celebrar la Nochevieja
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Tres ingredientes, cuatro sencillos pasos y a disfrutar de la última noche del añoNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Última receta del año para compartir con ustedes, una página o una pantalla en blanco para hacer balance de lo pasado o para desear, con fuerzas y ganas, todo lo que está por venir. Ni una cosa ni la otra, me quedo a medio camino porque muchas son las cosas que volvería a vivir en 2025, también existen las que no quiero repetir ni en 2025 ni en todos los años que me queden por vivir, pero no vamos a darle más protagonismo, ¿no creen? si ya no me gustan, mejor ni nombrarlas.
Eso sí, repito hasta cansarme lo que quiero que cruce conmigo esa línea imaginaria que existe en la mente de todos tras tomar las uvas. Crédulos de que ese atracón va a cambiar nuestra mala suerte y a convertirla en buena de repente, tras 12 segundos. Pero no voy a ser yo la descreída, de hecho, ansiar, desear, perseverar y pedir y volver a pedir al año nuevo, a un billete de lotería, a una fuente, a un altar o a una estatua que cambie nuestra suerte, de alguna manera hace que se mantenga viva la ilusión y eso sí que es un motor y una fuerza de calibre indescriptible.
Dicho esto, a mi 2025 le pido que, los míos, y ellos saben quiénes son, permanezcan a mi lado porque seguiré yo al lado suyo y soy un poco pesada cuando quiero con todo mi corazón.
A Bea Miranda, que ha llegado a mi vida y a estas páginas llena de ganas, de años de ilusión, de impecable formación y de lealtad y la suma de todo esto es magia cuando se encuentra.
A mis compis de trabajo con los que me entiendo con una frase, un mensaje de WhatsApp, un «like» en redes, una mirada, un chascarrillo o un «vamos fuera a hablar de esto».
Me quedo con algunos cientos de brindis, con La Bodega de la Avenida y el pepito de Tallale, me quedo con una charla en Vinófilos o en El Zarcillo y aprender de Mario Reyes. Me llevo también a 2025 a Tanis y su nuevo proyecto de Mr. Deli, sándwiches tan locos y sabrosos como las hamburguesas de All or Nothing. Me quedo con Ana y Dorotea, Dorotea y Ana porque es estar en casa. Me llevo a Carlichi y a su bar al año que viene y también al fin del mundo.
Me llevo a Berro Bistró a donde sea, porque los vegetales nunca encontraron mejor lugar que las manos de Francesca Hunt. Me llevo conmigo los desayunos de Mar Gastrotasca y en ese viaje se apunta de copiloto mi hija Sara.
Me llevo a 2025, y llevan de equipaje conmigo muchos años atrás, las cenas en La Palmera Sur. Inolvidables e incomparables siempre.
Me llevo el sushi de Hikari y la humildad y la sencillez de David Rivero. Las fiestas de Audi Golf Nigth organizadas por María Ley que no me falten ningún verano de los que me queden por vivir.
Que el 2025 traiga escapaditas a Lanzarote y me lleven derechita a Sebe, a disfrutar de un pescado único y asombroso. Lo mismo cada vez que me escape hasta el sur de Gran Canaria y de repente me vea disfrutando entre amigos de una de mis vistas favoritas: la playa de Maspalomas. Y todo esto, sentada en El Senador con una langosta, papas y huevos fritos.
Las pastas y la focaccia de Il Raviolo, las pizzas y las sonrisas de la Trattoria Pizzería Calabré, los bocadillos de pata de Delia en el Bar Correos, cualquier plato de Komité firmado por Luis Ortíz, los arroces de los gemelos De Ramón y los de Marco Dashaus, aparte de su cachopo, sus tablas y nuestras infinitas conversaciones.
Los desayunos de Ave Pastelería Artesanal, la barra del Río Miño con Tero y Lavinia: ecuación pluscuamperfecta. Los encuentros con la Academia de Gastronomía de Las Palmas, los maridajes de Rafael Hurtado y cenar, una noche si y otra también, en Poemas by Hermanos Padrón con Adrián García.
Y, para terminar, de postre y cuando la noche prometa, un tequila Curado y mejor si lo añado al cóctel paloma.
Feliz Año Nuevo y que todo aquello que deseen se cumpla, por lo pronto, si lo que piden es una receta fácil, deliciosa y aparente, su deseo ha sido concedido.
Tiempo de preparación
10 minutos
Tiempo de cocción
0
Tiempo total
15 minutos
Comensales
4
Calorías
Unas cuantas
Categorías
Recetas para Navidad
24 langostinos cocidos
12 hojas de lechuga
4 rodajas de piña natural
4 cucharadas de mayonesa
2 cucharadas de kétchup
1 cucharada de mostaza
1 cucharada de salsa Worcestershire (salsa Perrins)
Efectivamente esta receta no la elaboror con gambas sino con langostinos. Al final se trata de darle sabor y ganar tiempo a esta noche del año que espera por nuestra diversión, así que lo ideal para que nos queden ganas de darle «vidilla» a la noche, lo mejor será preparar una «mise en place» y que solo tengamos que hacer unos pocos movimientos de muñeca hasta llevar una receta perfecta a la última cena del año.
Lo siguiente que haremos serán picar muy menuda la piña y la incorporaremos a un cuenco grande para que nos sea más cómoda la mezcla de todo.
Haremos los mismo con los langostinos y nos reservaremos algunos enteros para decorar. Los incorporaremos junto con la piña.
Lo siguiente será cortar la lechuga en tiras finas y una vez la tengamos cortada, la añadiremos al cuenco con el resto de los ingredientes.
En un recipiente aparte, aparte añadiremos todas las salsas y mezclaremos con ayuda de un batidor hasta obtener una salsa rosa perfecta.
Iremos «bañando» los ingredientes con la salsa, hasta que apreciemos que quedan hidratados pero que no desdibujan ni se pierden en «salserío«.
Por último, serviremos en copas de cristal porque es el compañero ideal para llevar esta receta a la mesa y coronaremos antes de servir con los langostinos que teníamos reservados.
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