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Andrej, Ariana y Edián MHB
Inmigrantes (III)
Coma y... punto

Inmigrantes (III)

La oferta, en general, pasa por platos de una culinaria norteamericana/mexicana que también se consolida por todo el mundo

Mario Hernández Bueno

Sábado, 15 de febrero 2025, 23:00

Quizá Andrej no sabía que las onomatopeyas no se escriben igual en todos los idiomas. Cuando yo era niño veía tebeos en inglés y en lugar de «guau guau» los perros hacían «gulf, gulf». Y así bautizó Andrej su restorán: Moo Moo Burger, en lugar de Muu Muu. Mugido vacuno.

Y nos encontramos en el Moo Moo con otras singularidades. El chef y patrón es un tiarrón ruso, de San Petersburgo; su esposa, y ayudante, es kurda y el comedor lo lleva el argentino, mendocino, Edián Rodríguez. Andrej Harmolenko dejó Rusia en 1999 y vivió treinta años en Suecia y Noruega, donde no solo aprendió a cocinar, sino que lo hizo con la meticulosidad y perfeccionismo que distinguen a japoneses y escandinavos.

Su esposa, Ariana Kawayar Amini, es dulce y risueña y no deja ver los sufrimientos. No sabe el lugar exacto donde nació. El pueblo kurdo es un trágico caso de secular persecución «Mi madre nació en una cueva de un monte del Kurdistán y mi padre sí, mi padre lo hizo en la localidad de Sardasht», me dijo. Casó con Andrej en Noruega, por lo que en ese idioma se habla en familia. Edián vivía en Mendoza y allí ofició en un par de boliches: el Mina y el Lupulo. Y los tres llegaron a Canarias atraídos por la fama de país acogedor y con buen clima.

El Moo Moo Burger es amplio, 45 asientos, y posee una barra larga que protege a una colorista batería de botellas de licor. En otros tiempos, y merced a su amplitud, acogió un rodizzio, la típica churrasquería brasilera con bufé de carnes. Así que parece un buen lugar para celebraciones y además, hace una semana, la cocina se ha enriquecido con una parrilla a las brasas de carbón.

Espacioso comedor del Moo Moo MHB

La oferta, en general, pasa por platos de una culinaria norteamericana/mexicana que también se consolida por todo el mundo: nachos, hamburguesas, costillar de cochino, pollo... Pero, claro, unas hamburguesas creativas como la Boris o la Big Bang, las reinas de la minuta que pueden convertirse en sencillo menú. Sobre todo si vienen después los Nachos y abundantes papas fritas, que son caseras, crocantes, bien ricas.

No hace un año todavía estuve en Austin, Texas, y Diego, el cantante del grupo de rock de The Bulls, nos llevó a comer la hamburguesa que el mediático comunicador, Anthony Burdain, aseguró que era la mejor del mundo. El local es Casino. El Camino. Bar & Grill y nos la sirvió Frap Casino, quien fuera el bajista de Bruce Springsteen. En Nueva York también he comido en hamburgueserías de éxito internacional como la Shake Shack.

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Debemos distinguir entre hamburgueserías de multinacionales de la fast food y las que se cocinan en restoranes con vocación de posicionarse. Por los pasados años ochenta, Mc Donald abrió su primer local en París. Entonces los grandes visionarios pronosticaron que en la tan gastronómica Francia aquello no funcionaría. Y ahí están. Y no pocas. A pesar de las críticas de periodistas e higienistas no hay quien pueda con esas multinacionales. Hace unos quince años el periodista de investigación norteamericano Erik Schlosser editó un libro demoledor: Fast food. El Lado Oscuro de la Cocina Rápida. Un best-seller. El diario El Mundo, por ejemplo, le dedicó nada menos que cuatro páginas. Confieso que después de haberlo leído no tuve arrestos para comer en uno de esos locales, de luces y de colores. Hasta niños muertos, se denuncia en las páginas del libro, por culpa de las hamburguesas de la Jack In The Box. Vale la pena leerlo. Yo creí, inocente de mí, que las multinacionales de la burgers tendrían problemas o que a Schlosser lo encontrarían en una cuneta. Pues no. La vida sigue igual.

En los restoranes especializados en hamburguesas, que son más que los alegres Bistecs rusos de nuestra infancia y hogar, se suelen hacer con carnes de las denominadas premium: Simental, Airshire, Frisona holandesa… y en Moo Moo se emplea la Rubia gallega. Andrej mezcla carnes de diversos cortes para convenir sus jugosas hamburguesas, de 150 gramos, en unos bocados con sabor a carne carne. Y uno no debe extrañarse por el empleo de esas materias primas tan selectas y, por consiguiente, tan caras. Quienes crían vacuno para carne saben que han de estar mimando y alimentando a las reses al menos durante cinco años para, finalmente, lo que les pagan bien son los lomos y solomos. El resto hay que sacarlo al mercado a los mismos precios que los de una vaca lechera, que es una vaca cualquiera.

José Gordon, el restaurador de la Bañeza, León, que, según la prensa internacional, ofrece la mejor carne del mundo, en su asador El Capricho, sufría este asunto y me dijo, hace ya unos doce años, que estaba pensando montar una fábrica de hamburguesas premium para venderlas en supermercados, restoranes, carnicerías.

Las hamburguesas Boris y Big Bang MHB

En cuanto al Moo Moo Burger, si un par de comensales pide, de primero, los Nachos (13€), y las hamburguesas Boris y Big Bang con sus «fritas» (13€ cada una), y le añaden un bol pequeño de cremosa Salsa Roquefort, un par de cervezas, por ejemplo, la «Clásica» de Mahou, puede comer, satisfactoriamente, por menos de 25€ cada uno.

El enorme plato de Nachos MHB

Andrej se precia de que todos sus platos están hechos en casa. Desde las salsas, por más exóticas que sean a los complementos como salteados de setas, de cebolla, bacon a la miel… Al costillar de cerdo lo somete a una cocción corta y lo hornea. El resultado es una carne que se deshace al separarla de las costillas (15,90€).

Costillar de cochino MHB

La oferta se agranda con más especialidades, que están en boga en U.S.A. y en la UE, como alitas de pollo (8,90€); tiras de pollo crujientes (sin gluten) (8€ y 10€) o la hamburguesa Smashing, con alioli, tomates semisecos, queso parmesano, bacon (12,15€). O las carnes a las brasas como un lomo argentino con ensalada (18€); un Solomillo, (19,90€); pechuga y muslo de pollo amarillo local, (13,90€). Todo con mimo y con calor familiar. Postres: Tarta de queso, Brownie y Mouse de chocolate.

Alitas de pollo MHB

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