
La pasta de La Rotisería Italiana está disponible en las principales plataformas de comida a domicilio, pero quien decida acercarse a comprar, encontrará un equipo siempre sonriente, además de un surtido de productos italianos para comprar. «Cuando hace un año monté La Rotisería Italiana, me sorprendió la cantidad de producto italiano que llega a Canarias, todo buenas marcas, de las que usaba en casa (Milán)» confiesa Riccardo, propietario y cocinero de este local. «Para el guanciale, por ejemplo, tengo al menos 10 tipologías distintas a elegir, las posibilidades son inmensas» afirma.
Publicidad
Este joven emprendedor, afincado en Gran Canaria, trae la autenticidad de la cocina italiana, aunque utiliza la materia prima de la isla. Con la filosofía propia de la cocina mediterránea, fresca, de cercanía, lo único que trae son los quesos, porque son muy específicos de la cocina italiana. Toda la verdura, la fruta y la carne que utiliza Riccardo es canaria, en sus platos solo utiliza vaca canaria o cerdo canario. La salchicha italiana, por ejemplo, la hace un carnicero italiano, pero con carne canaria, «todo lo que hacen aquí es de mucha calidad» apunta el cocinero.
Estos locales, comunes en el sur de Italia, se caracterizan por un precio asequible. En Italia, la `rosticceria´es un establecimiento de comida para llevar, habitualmente, platos de carne. Sin embargo, en La Rotisería, encontraremos principalmente pasta, a buen precio, eso sí.
En La Rotisería Italiana, cada persona configura su plato ideal de pasta, según lo que a cada cual le apetezca ese día. El mecanismo es sencillo: se elige el tamaño (pequeño o grande), el tipo de pasta, la salsa y lo preparan al momento. La pasta es fresca, a escoger entre ravioli, gnocchi, maccheroni, gemelli, tagliatelle, entre otras.
En cuanto a las salsas, preparan desde la clásica bolognesa (con carne de vaca, salsiccia italiana de cerdo, tomate, cebolla, zanahoria, apio, enebro, romero, salvia y laurel) hasta una original salsa de nueces o un elegante y sencillo cacio e pepe, (queso y pimienta). La salsa de pesto es de las más solicitadas y en este local no podía faltar la auténtica carbonara (con huevo, parmesano y guanciale).
Publicidad
Para acompañar la pasta, siempre tienen a disposición del amante de la cocina italiana, alternativas como la parmigiana de berenjena, frituras (principalmente croquetas de distintos sabores) o ensaladas, para añadir algo verde al menú que cierra su oferta con algo dulce, como el clásico tiramisú o un cannolo siciliano (barquillo crujiente relleno de ricotta y pistacho por encima).
En la tienda, se pueden encontrar diversas opciones de embutidos italianos, como salami y guanciale, este último utilizado en la carbonara, para quien se anime a prepararlo en casa. También hay una amplia selección de salsas y quesos, que incluye parmigiano, grana padano, y una mozzarella excepcional de Paolí, considerada por Riccardo como una de las mejores que ha probado.
Publicidad
Bizcochitos, galletas, y friarielli (un tipo de brócoli típico de Nápoles), rellenan las estanterías que visten los dos laterales de la Rotisería Italiana. La crema de pistacho, que está muy de moda, y los taralli (panecillos salados) también están disponibles. Se puede elegir entre una variedad de vinos que incluye espumosos, vino blanco, moscatel o vino del Piamonte. «Mis padres tienen una bodega en Italia, entonces he visto hacer vino toda la vida, en la Rotisería, pongo el vino que me gusta a mi», nos cuenta el chef y empresario italiano.
Riccardo terminó en Canarias por una sucesión de circunstancias que se fueron engrillando hasta llegar aquí, como ocurre muchas veces en la vida. Llegó desde Milán, por primera vez, para disfrutar de unas vacaciones con amigos. En aquel entonces su vida era muy distinta a la actual, trabajaba como consultor en una empresa tecnológica y alternaba estancias cada vez más largas en un archipiélago que desconocía, pero le había cautivado.
Publicidad
Fue entonces cuando la empresa de Italia le pidió volver, las cosas se pusieron muy difíciles, ¿o quizá muy fáciles?, para que Riccardo, que no quería regresar, terminase dejando un trabajo gris por el colorido mundo de la gastronomía italiana. «Quería empezar algo mío, una cocina cerrada para hacer almuerzos y cenas para gente que teletrabaja» recuerda el cocinero. Al principio hacía platos de pollo, verduras, y poco a poco se pasó a la pasta, una transición natural para alguien que había cocinado salsa durante toda la vida, «en mi familia, como casi todas las italianas, se cocina muchísimo» cuenta con cariño, «esta es simplemente mi pasión, es la cocina de casa y a la gente parece que le gusta bastante» sonríe.
«Para mí, lo que es importante es ofrecer la mejor calidad, a un precio razonable. No quiero hacerme millonario con esto, con la impronta que tengo de ingeniero, soy muy bueno en diseñar procesos, que es lo que nos permite tener precios con algo de calidad, lo preparo todo al momento, todo se estropea con el tiempo, pero lo más fresco posible.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.