El poder del desayuno cambiará tu vida

Hoy te cuento qué desayunos te potencian y cuáles te restan vitalidad. ¿Listo para cambiar tus días?. Hoy voy a desmontar mitos, revelar los errores más comunes y ofrecerte opciones saludables basadas en la dieta mediterránea y productos canarios.

Impacta en tu salud de muchas maneras: mejora tu concentración y energía: un buen desayuno ayuda a mantener tu cerebro activo y en forma y tu cuerpo lleno de vitalidad.

Regula el metabolismo: comer las cantidades adecuadas de proteínas, grasas saludables y fibra puede mejorar tu sensibilidad a la insulina y prevenir problemas metabólicos.

Evita antojos y atracones: si desayunas bien, evitarás el hambre voraz que te hace devorar lo primero que encuentres.

Favorece el crecimiento muscular: si haces ejercicio, un desayuno equilibrado puede ayudar a la recuperación muscular y a mantener la masa magra.

Para un desayuno saludable, necesitas un buen balance de nutrientes. Sobre todo te recomiendo que incluyas este orden en tus desayunos: grasas saludables, proteínas u si vas a consumir algo de carbohidratos simples que sea al final de tus desayunos. La dieta mediterránea nos da muchas opciones deliciosas y nutritivas:

Proteínas de calidad, incluye una buena cantidad de ellas: huevos de gallina o codorniz (orgánicos o camperos si es posible). Queso de cabra canario, rico en calcio y fácil de digerir.

Yogur/Kéfir natural o artesano sin azúcar (revisa la etiqueta), preferiblemente elaborado con leche de cabra.

Frutos secos y semillas (almendras, nueces, chía, lino, girasol).

Pechuga de pollo o pavo (sin aditivos, mira los ingredientes), una excelente fuente de proteína magra.

Grasas saludables, las olvidamos y ayudan a mantenernos con energía y con un cerebro nutrido.

Aguacate, fuente de grasas monoinsaturadas que benefician el corazón.

Aceite de oliva extra virgen, el oro líquido de la dieta mediterránea.

Aceitunas y frutos secos, cargados de antioxidantes.

Mantequilla, si es de pasto libre u orgánica mejor.

Fibra y micronutrientes, asociamos la fibra generalmente a los cereales y la mejor fibra que puedes tener en tu desayuno conviene encontrarla en: verduras frescas, como espinacas, pimientos o tomate, que aportan vitaminas y minerales esenciales. Frutas de bajo índice glucémico, como fresas, moras, arándanos o manzana. Mijo o Quinoa, para mi los mejores cereales, son grandes fuentes de nutrientes y fibra, sólo debes activarlos y cocinarlos.

Si quieres sentirte lleno de energía y no caer en un bajón a media mañana, evita: cereales. Pueden parecer saludables, pero son bombas de azúcar, y si son azucarados aún peor. Pan blanco y bollos, son carbohidratos de absorción rápida que suben tu azúcar en sangre y te dejan con hambre en poco tiempo. Zumos, aunque vengan de frutas, su contenido de azúcar es altísimo y carecen de fibra. Productos «light» o «bajos en grasa», suelen compensar la falta de grasa con azúcares añadidos.

Demasiados carbohidratos rápidos. Un desayuno basado en pan, cereales y zumo puede hacerte sentir hambre muy rápido, además con el tiempo tu salud se irá lejos de tu cuerpo.

Poca proteína, sin suficiente proteína, tendrás antojos antes del almuerzo.

Falta de grasas saludables., el miedo a la grasa es infundado. Si eliminas carbohidratos procesados, necesitas grasas de calidad, ellas te harán sentirte con más energía y a la larga hasta vas a rejuvenecer.

Desayunar demasiado tarde, esperar demasiado puede hacer que comas en exceso o comas por antojos.

Cuando comes de esta manera, tu cuerpo empieza a usar la grasa como fuente principal de energía en vez de depender del azúcar. Este proceso, llamado cetosis nutricional, tiene beneficios increíbles: te ayuda a mantenerte saciado por más tiempo, mejora tu concentración y equilibra tus niveles de energía durante el día y a la larga serás mucho más saludable.

No se trata de comer menos, sino de comer mejor. Recuerda: la calidad y el orden de los alimentos importan más que la cantidad. En los desayunos comer en cantidad de los que te conviene comer es saludable.

Aquí te dejo algunas ideas deliciosas y equilibradas, prueba una semana y cuéntame:

Opción 1, desayuno energético: tortilla con espinacas y queso de cabra. Medio aguacate con semillas de lino y chía. Infusión o café, no les agregues azúcar. Leche e incluso una cucharadita de mantequilla.

Opción 2, desayuno mediterráneo: tomate rallado con aceite de oliva en una rebanada de pan integral. Unas aceitunas y frutos secos. Yogur natural sin azúcares con nueces… ¡si es de cabra aún mejor!

Opción 3, desayuno canario: huevos revueltos con queso de cabra y pimientos. Un puñado de almendras peladas o nueces y un trozo de plátano canario verdoso.

Opción 4, desayuno proteico: un bol de yogur natural con almendras y algo de una fruta, no demasiada. Unas lonchas de pechuga de pavo o pollo y un té de canela y limón.

¡Crea desayunos con estas pequeñas estrategias y ponte la capa de superhéroe para cada día que comiences!

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