Mi amigo Ángel Martín llevaba tiempo hablándome de este bocadillo: incomparable, inconmensurable, delicioso y contundenteeran adjetivos que iban subiendo de nivel cada vez que a él se le ocurría pasar por este café, al que yo mejor llamaría bar, porque tiene esa magia que solo los bares de siempre desprenden.
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Hoy llaman «atención personalizada» a los locales que recuerdan tu nombre cuando acudes más de una vez, pero en Café Orígenes (información del local en este enlace) eso sucede de forma espontánea y natural. Como su barra, como sus taburetes, como su atrabancada terraza en la que merece sentarse por sus especialidades de las que presumen en una pizarra colgada en la pared, porque, como buen bar, lo mejor es lo te sirven y no tanto el cómo te lo sirven.
La primera recomendación es la de llegar con el estómago vacío. Sobre todo, si quiere recrearse en el bocadillo de carne mechada, al que puede añadirle queso si es lo que le gusta, pero, ahí va la segunda: para que esa ternera, perfectamente deshilachada, que sabe a horas de caldero, a mimo de madre y a casa de abuela le pellizque el corazón, el primer mordisco que solo sea de mechada sin nada que la disfrace.
Ir acompañado es la tercera o si no quiere compartir, pida que le pongan la otra mitad para llevar y volverá a disfrutarlo a la hora de la cena. Pero ese pan crujiente, fresco y del día no le dejará parar.
Tanto dentro como fuera del local la vista tropezará en las pizarras que son la carta del local y saben perfectamente lo que los clientes demandan cada mañana: bocadillo de mechada, bocadillo de pata, bocadillo de tortilla y bocadillo de pescado empanado.
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Los «fijos» del local tienen sus favoritos, pero sin duda el de mechada y el de pata son los más aclamados cada mañana. Y algo en lo que todos convergen: la atención tras la barra, cercana y afectuosa con cada uno de los clientes, seas de los de siempre, de los de vez en cuando o los de casi nunca.
Las banderas que decoran una de las paredes del local ya indica de dónde llegan las recetas: Cuba. Y que levante la mano quien no piense que la mejor carne mechada es la de su receta, que sabe a la tradición por haber perpetuado la herencia de su gastronomía.
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Además de los bocadillos, a mediodía muchos son los que acuden a disfrutar de un plato casero y combinado. Esas contundentes elaboraciones que antes llenaban las cartas de bares y de restaurantes y que en Café Orígenes se resisten a llevar al olvido.
Porque lo que sí que no se olvida desde que se prueba es su bocadillo de carne mechada.
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