La mantequilla, ese alimento que tantas veces ha sido estigmatizado y relegado al olvido está a punto de sorprenderte con su impresionante capacidad para mejorar tu salud. Y no, no es una broma. Sigue leyendo y descubrirás por qué este alimento tan vilipendiado tiene mucho más de lo que pensabas: desde cuidar tu corazón hasta ser un aliado anti-enfermedades.
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Primero, olvidémonos de los mitos. La mantequilla no es el monstruo que muchos creen que es. De hecho, si proviene de vacas alimentadas con pastura y no está pasteurizada, puede ser uno de los alimentos más nutritivos que puedes incorporar a tu dieta. Su contenido de vitaminas y minerales es ¡espectacular!.
Este maravilloso manjar es una fuente natural y fácil de absorber de vitamina A, crucial para mantener una buena visión y un sistema endocrino en equilibrio. Además, es una excelente fuente de las vitaminas D, E y K2, esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
La mantequilla contiene minerales poderosos como el manganeso, cromo, zinc y cobre, fundamentales para la salud de tu sistema inmunológico. Y si pensabas que el germen de trigo era la mejor fuente de selenio, piénsalo de nuevo. La mantequilla lo supera en este aspecto. Además, su alto contenido de yodo es vital para el buen funcionamiento de la tiroides.
Sí, la mantequilla tiene grasas, pero son grasas buenas. Los ácidos grasos de cadena larga y media en la mantequilla son anti-microbianos y favorecen un sistema inmune saludable. Además, su contenido de ácido araquidónico beneficia al cerebro y a la piel, mientras que el ácido linoleico conjugado (CLA) te protege contra el cáncer y favorece el desarrollo muscular, ¡en vez de acumular grasa!.
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Ahora, cuando comparas la mantequilla con su competidora, la margarina, el panorama cambia drásticamente. La margarina, repleta de grasas trans, es un enemigo silencioso de tu salud. Las grasas trans, creadas a través de un proceso industrial, están asociadas con enfermedades cardíacas, cáncer y hasta problemas de fertilidad. Así que si aún tienes la duda, la elección está clara: mejor mantequilla, menos margarina.
• Reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares: los hombres que consumen mantequilla orgánica tienen solo la mitad de riesgo de desarrollar enfermedades del corazón que aquellos que consumen margarina.
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• Protección contra el cáncer: los ácidos grasos en la mantequilla tienen efectos anticancerígenos.
• Mejora en la digestión: los glicoesfingolípidos en la mantequilla ayudan a prevenir infecciones gastrointestinales, especialmente en niños y ancianos.
• Salud ósea y articular: la vitamina K2 y el factor Wulzen presentes en la mantequilla protegen contra la calcificación de las articulaciones y los huesos.
• Mejor funcionamiento de la tiroides: el yodo en la mantequilla es excelente para tu tiroides, especialmente si vives lejos del mar.
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Si después de todo esto estás listo para abrazar la mantequilla en su forma más pura, ¿por qué no hacerla tú mismo? Prepararla en casa no solo es fácil, sino que te permitirá obtener los mejores beneficios posibles.
Ingredientes:
• 1 litro de nata cruda (intenta que sea de buena leche, preferiblemente orgánica)
• Unas pizcas de sal marina (opcional)
Modo de hacerla:
1. Coloca la nata en un tazón grande o en una batidora de pie.
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2. Bate a velocidad media-alta durante 10 a 15 minutos. Verás cómo la nata se separa en dos: suero (líquido) y mantequilla (sólida).
3. Escurre el suero y conserva el líquido para usarlo en recetas o como base para sopas.
4. Amasa la mantequilla con agua fría para eliminar cualquier resto de suero.
5. Añade sal al gusto, si lo prefieres.
6. ¡Listo! Guarda tu mantequilla en un recipiente hermético en el refrigerador.
◦ Control total: puedes elegir la calidad de la nata que usas.
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◦ Libre de conservantes: nada de productos químicos ni aditivos artificiales.
◦ Mejor sabor y nutrición: la mantequilla casera conserva todas las propiedades nutritivas que el proceso industrial destruye.
La mantequilla… un superhéroe de la salud que protege tu corazón, tus huesos y hasta tu digestión.
Así que la próxima vez que pienses en untar algo en tu pan, ¡elige la mantequilla y olvida la margarina! Y si te atreves a crearla tú mismo, estarás disfrutando de una opción 100% natural y saludable para toda la familia.
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