Se apaga una estrella en la capital grancanaria, hasta siempre Bevir

Corría el rumor desde hace semanas y nadie quiso darle voz porque, de alguna manera al no hacerlo, se desacreditaba. Pero hay veces que toca marcar las teclas del teléfono y no para hacer una reserva.

Tocaba darle voz a Rogelio Tenorio Márquez, esencia de Bevir y que fuese él quien escribiera el último capítulo de su relato. Una historia cargada de sueños y pasiones, de mucho trabajo y un enorme sacrificio, donde la ilusión siempre fue el motor y la filosofía de esta casa.

Rogelio hizo de su sueño una realidad, supo hacer como pocos, el cómo, el qué y el con quién hacer brillar a la capital grancanaria. Mar y tierra en su máxima expresión para disfrute y aprecio del comensal, pero, hasta de los sueños más placenteros también hay que despertarse algún día.

No esconde los motivos del cierre, evidentemente la filosofía de este ya icónico local de la ciudad no penetró lo suficiente en el público, aunque la excelencia estuviera al servicio y merced del comensal desde que se atravesaba su preciosa puerta.

Pero Tenorio no se muestra triste, quizás algo desesperanzado, lo que nadie le quita es el aprendizaje y los lazos de estrecha amistad que le ha dado Bevir en estos años. Nos adelanta que la gastronomía seguirá siendo una de sus pasiones, pero no de sus ocupaciones y, precisamente esto si nos deja tristes al resto, porque él fue quien precisamente estableció unas reglas de juego nuevas y otra forma de hacer las cosas, en una sala y una cocina donde el diálogo y el respeto entre la gestión y la creatividad fluían de manera natural y en perfecta armonía.

Hasta el 25 de octubre tendremos la oportunidad de ir a despedir con los honores y la ovación que merece a este emblema de la ciudad y desearles lo mejor porque no merecen menos. Y soñar con que alguien sueñe por darle a la ciudad el nivel gastronómico que hoy queda algo huérfano y que seamos capaces de apreciar lo que somos y tenemos sin complejos y sin tener que coger un avión o un barco para disfrutar de la excelencia. Hasta siempre, Bevir.

• Temas
• Restaurantes
• Gastronomía
• Las Palmas de Gran Canaria