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Canarias siempre le había atraído profundamente, y la necesidad de un cambio de aires lo llevó a coger un avión de ida en el que ya no se ha vuelto a subir. «Me enamoré no sólo de esta tierra, sino también de la que ahora es mi mujer. La calidad de vida que hay aquí es impagable», confiesa este burgalés que se instaló en Gran Canaria hace 22 años, y que, por caprichos del destino y acciones no previstas, ahora se ha convertido en uno de los mayores creadores de contenidos gastronómicos en redes a nivel nacional, acumulando unos dos millones de seguidores entre las dos principales plataformas, Instagram y TikTok.
Lo suyo con la cocina siempre ha sido una relación cercana, aunque no profesional. «Cuando me fui a Madrid siendo muy joven por temas de estudios, mi dieta era la de cualquier estudiante, comida de soltero, como digo yo. El problema es que siempre he sido de estómago débil, y esa rutina alimentaria no era la mejor para mi cuerpo, por muy joven y estudiante que fuera», reconoce Sánchez, al que la vida le cambió cuando le pidió un recetario a su madre. «Empecé a practicar, y cuando me empezaron a salir los primeros pucheros, las primeras cosas que saben ricas, me dije: ¡soy capaz de hacer esto! Fue el comienzo de todo, y desde entonces no he parado de cocinar».
Esta afición gracias al generoso recetario materno lo convirtió en un cocinero muy respetado y valorado en su círculo más cercano, con su familia y amigos. Él disfrutaba cocinando para ellos, ellos disfrutaban comiendo lo de él. Así fue como volvió a cambiar todo en su vida, una vez más, cuando terminó la dichosa pandemia y lo animaron a compartir sus recetas en las redes sociales. «Yo no tenía perfil en ninguna plataforma, no me gustaban las redes y no tenía ni idea de cómo utilizarlas. Entre dos o tres amigos me ayudaron a subir la primera foto en Instagram, que fue una panna cotta de chocolate. De eso hace cerca de cuatro años». Por ese entonces ni él ni nadie se imaginaba que apenas unos años después se convertiría en todo un fenómeno mediático al que siguen fielmente tantas personas, con unas cifras al alcance de los mejores cocineros del mundo.
¿Cómo se puede crecer tanto, en tan poco tiempo? Esa es una de las preguntas que más le formulan a Juan Sánchez, cuyo nombre en redes es el de @pausayplato, que hace referencia a la necesidad de parar y disfrutar plenamente de la cocina. Y no sólo de la cifra de seguidores trata este asunto, que aunque importante, no es el determinante. Sus vídeos cortos son visualizados millones de veces, como el de la receta de ramen casero fácil, con más de 20 millones de reproducciones, o el de la tarta de queso, con más de 22 millones, cifras que asustan, pero que demuestran el poderío online del creador. «Es importante conocer a tu comunidad, preguntarles qué quieren. Ellos se encargarán de pedir, y uno debe saber dar. Mi comunidad lo tiene muy claro: quiere recetas sencillas, fáciles, con producto del día a día, kilómetro cero si puede ser, económicas y que no lleven mucho tiempo. Si combinas todos esos factores, lo presentas de una forma atractiva y respetas un poco la tradición, dándole una vuelta, es lo que me ha llevado al éxito».
Uno de los puntos de inflexión, tal y como reconoce Juan, fue cuando Instagram comenzó a potenciar y premiar mucho más los vídeos, que tomaron la delantera a las fotos, hasta hace unos años las auténticas reinas de esta red social. «Eso nos dio mucho más alcance, e hizo que llegara a mi perfil mucha gente nueva. Hay creadores que van a la viralización y al impacto, haciendo recetas muy vistas, en apenas unos quince segundos. Yo apuesto por vídeos de unos cuarenta segundos, con recetas originales. Y eso los seguidores lo premian mucho, porque les ayuda en su día a día».
Su rutina de publicaciones ha ido variando, adaptándose a la demanda de su comunidad y a los temidos algoritmos de las diferentes plataformas. «Empecé muy fuerte, casi una receta cada día de la semana. Era una forma de ir creciendo. Luego pasé a publicar tres veces a la semana, y así estuve mucho tiempo, más de dos años. Luego, una semana, empecé a probar a publicar dos veces a la semana, y descubrí que tenía más espacio para crear, no agobiaba a la gente, tenía más interacciones... y nos ha funcionado muy bien», relata el creador, que reconoce que lo que más tiempo le quita es pensar recetas que cumplan con las expectativas y puedan funcionar. «Mis referentes a la hora de crear no son los grandes cocineros, a los que respeto y disfruto, pero yo me inspiro en las abuelas, las madres, que gestionan los alimentos como nadie, economizan, y crean unas recetas únicas».
Aunque supere, en muchos casos, en número de seguidores a los principales cocineros de España, esos que reúnen estrellas Michelin y los elogios mundiales, Juan es consciente de que en redes, los algoritmos no premian la calidad, sino el alcance. Y la comunidad premia lo que puede elaborar en casa, y no tanto las creaciones de alta cocina. «Me encanta las técnicas, los estilos y los productos que utilizan en alta cocina y que podemos ver en las redes. Pero sé que todo eso no lo voy a ejecutar en casa. Primero, porque no tengo acceso a esos productos, no tengo tiempo ni ganas de hacerlo. El algoritmo ahora premia la tasa de retención, es decir, cuánto consumo de ese vídeo hay; los guardados y compartidos y por supuesto los like, comentarios, etcétera. ¿Qué va a generar más interacción, una receta sencilla, rica y económica que puedes hacer en casa, o un plato creativo de alta cocina?».
Aunque su actividad online le ocupe gran parte de su tiempo, el cual rentabiliza gracias a las marcas con las que trabaja, Juan Sánchez tiene dos grandes proyectos a corto plazo: potenciar su canal de Youtube, en donde ya tiene unos 60.000 seguidores, y aumentar su presencia en eventos gastronómicos de todo tipo. «Casi nadie sabe que vivo en Gran Canaria, mucha gente me reconoce por la calle y me pregunta si estoy de vacaciones por aquí», dice entre risas. «La clave del éxito de todo esto es la organización, crear rutinas laborales que faciliten este trabajo. He montado un estudio en la cocina, por las mañanas me dedico a la parte de gestión, correos con empresas, etc. Luego ya me pongo a la parte de compras y elaboración de recetas, que nos lleva unas cuantas horas. Y cerramos la jornada, por la tarde, con la parte de edición». Y Juan habla en plural porque «nunca he sido solo yo. Sin el apoyo de la gente que tengo alrededor nada de esto hubiera sido posible, porque aquí hay que ser editor, negociador, cocinero, fotógrafo...».
Y como deseo, estrechar su vinculación con Canarias y sus productos, tierra que lo ha acogido y desde la que triunfa. «Me gustaría, aprovechando la gran comunidad que me sigue, potenciar los productos locales, que son de una calidad excepcional. Aquí hay numerosas empresas y materia prima de primera, con un potencial tremendo. Me gustaría crear una sinergia para ir de la mano y que más gente conozca y valore todo esto. Es otro de los grandes proyectos que tengo para este año».
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