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Seguro que más de uno se habrá encontrado una fantástica disposición de entrantes al llegar a alguna celebración. Una secuencia perfecta de quesos, embutidos, cremas de 'dipeo', frutas variadas, panes igualmente variados y un gran etcétera, como si de un antiguo banquete romano se tratara.
Esas fastuosas mesas, a las que no les falta detalle ni producto exquisito, llevan la firma de su creadora, Julia Belloch que, tras unos cuantos años buscando «la virtud del punto medio» ha dado con la fórmula del éxito, única en nuestras islas y a la que llegó tras mucha experiencia y creatividad a las que jamás les ha puesto límite.
A los 21 años, Julia ya había concluido sus estudios superiores en Protocolo, tanto en la rama institucional, que nos reconoce que nunca fue lo suyo, como en protocolo para eventos, rama que le gustó algo más.
No contenta con ello, poco después se licenció en Educación Social, nada más terminar comenzó a ejercer profesionalmente como educadora, pero, se cansó, porque nada era como esperaba y, después de probar con todo esto, se lanzó a formarse hasta hacer de su afición una profesión: la cocina.
Desde siempre, Julia había sentido predilección por la gastronomía asiática, por ese empleo del producto, donde todo tiene que ser fresco para que esté bueno. Con esas presentaciones y esas técnicas impecables que conforman esta cocina como auténtico arte culinario milenario.
Puestos a soñar, Julia no puso puertas al campo y, a caballo entre Madrid y Gran Canaria comenzó a dar los primeros pasos del futuro al que quería llegar. «Mi carrera es el resultado de los caminos por los que la vida me ha ido llevando».
Una vez y su destreza, conocimiento y buen gusto se encontraron en el punto que Julia quería, primera aventura con Kyandi, un restaurante japonés donde las tablas de sushi por producto y presentación marcaron un antes y un después en la capital grancanaria y donde, sin pretenderlo, Julia marcó una tendencia que sigue vigente hoy en día. Un 'sushi room' como Julia lo denomina que duró tres preciosos e intensos años, hasta que la vida le enseñó otras propiedades: Julia esperaba a su primer hijo.
Con un hijo y más ganas de seguir, Julia prueba con lo que marcaba la tendencia y para lo que también estaba preparada abriendo el conocido local 'Llévame el Huerto' de la capital grancanaria.
En este caso intentó delegar para ocuparse de su hijo, pero conciliar no era un verbo fácil de conjugar. Traspasó a un miembro de su equipo el local, sobre todo porque un segundo hijo venía en camino y, si ya era complicado con uno, con dos se volvía imposible. Y de ambas experiencias, una promesa a sí misma, no volver a la hostelería.
No por todo ello, Julia dejó de innovar y de hacer realidad todo aquello que ella misma quería y que no existía. Julia que se considera 'la reina del aperitivo' quiso para su boda una gran mesa, donde una auténtica fiesta de sabor y color fuese también una extraordinaria exposición de buen gusto en el sentido más amplio de la palabra.
De hecho, sus amigas le pedían sus «bandejas» de aperitivos en cada encuentro y, como ella dice, la vida la trajo hasta lo que hoy es 'Palatable' (en este enlace toda la información), o lo que es lo mismo, porque así lo dicta el diccionario español: palatable se refiere a algo que es agradable al gusto, aceptable y satisfactorio.
Esta fue la premisa de la que Julia se valió para montar en su boda una gran mesa, con toda suerte de detalles y de exclusivos bocados, cumpliendo los antojos de cualquiera y hoy, esas mesas las replica cada fin de semana, desde diversas variantes que le han valido para no tener un fin de semana libre, pero, donde a su vez, ha logrado conciliar la vida familiar con la vida profesional, encontrando ese ansiado equilibrio y donde la paciencia ha sido el arma clave y fundamental para llegar a ese punto donde ambos planos no entran en conflicto para sí misma, de hecho, nos confiesa, «ya puedo decir que soy muy feliz con lo que hago y me permite seguir siendo feliz con mi familia».
Mesas de entrantes, porque denominarlas aperitivo no sería del todo correcto: variedad de quesos, canarios, nacionales e internacionales; embutidos ibéricos, diferentes tipos de panes, cremas para 'dipear', desde el clásico hummus a otras más sofisticadas y selectas, como la de dátiles y curry. El siempre bienvenido guacamole, variedad de frutos secos a los que también acompaña con más variedad de frutas de temporada.
No faltan también sus mesas de sushi, como herencia a todo lo aprendido y practicado a lo largo de los años y donde el uso del mejor producto y la técnica más depurada, las convierten en mesas selectas.
Y ahí no queda la cosa, mesas completas que conforman todo un brunch al que no le falta de nada, y hasta mesas dulces, repletas de chocolates y bocados dulces singulares, a los que complementa, muy a la francesa, con una selección de quesos extraordinarios.
Julia nos reconoce que, desde que 'Palatable' comenzó a ser conocido, no para un solo fin de semana y la agenda del año ya comienza a estar más que apretada, pero, no por ello nos tenemos que privar de sus espectaculares creaciones: si requiere para un encuentro en casa con familia o amigos, para celebrar cualquier ocasión, Julia prepara bandejas para compartir. Desde su Instagram, se puede contactar con ella y, tal activad ya llena su tiempo entre semana.
Por si todo esto no fuera digno de todas las exclamaciones que existen, Palatable es Julia y Julia es la Palatable: ella selecciona, ella pasea y 'patea' todos los mercados que existen en Gran Canaria a la búsqueda de los mejores productos. Ella corta, ella ensaya cada puesta en escena en su casa y decora en consonancia con el motivo del evento. Sin más ayuda que sus manos y por motor, su delicado y extraordinario sentido del gusto más exquisito.
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Rocío Mendoza | Madrid, Lidia Carvajal y Álex Sánchez
Almudena Santos y Lidia Carvajal
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