¿Quién pone los 15.900 millones de dólares que cuesta la campaña?

Las donaciones a través de los PAC (Comité de Acción Política), con límites por individuo y empresa, representan 2.100 millones de dólares, que provienen de los cincuenta grandes megadonantes del país, en su mayoría de tendencia republicana, aunque se afilian también a los demócratas y terceros partidos. Otros 2.600 millones se canalizan a través de los súper PACs (sin límites y con muy poca regulación) y otros casi 1.000 a los PAC híbridos. Se trata de una cantidad obscena de dinero dedicada a un ciclo electoral de casi dos años en un país del tamaño de un continente.

El desglose muestra a la demócrata Kamala Harris por delante de Donald Trump en recaudación, con 1.031 millones en octubre, frente a los 880 del republicano. Sin embargo, la industria del petróleo y gas -las más poderosas del país junto a las tecnológicas- se ha volcado este año con el magnate, con 14,1 millones en donaciones, aunque bastante menos de los mil millones que el empresario les pidió en una reunión, muy criticada, en abril. A cambio, la patronal del fósil reclama el desmantelamiento parcial de la agenda verde de Joe Biden y la eliminación de las regulaciones sobre la contaminación, especialmente el impuesto sobre el metano, que amenaza con reducir sus ganancias.

Con la guerra en Gaza y Líbano en curso, los 17 PAC del 'lobby' de Israel no han escatimado recursos en su respaldo a ambos partidos, así como a la mayoría de los miembros del Congreso. A cambio han logrado silenciar eficazmente las críticas a las matanzas y garantizado una plena colaboración en la aprobación de la ayuda militar. La inyección de fondos del 'lobby' alcanza los 3,6 millones, 1,8 a los republicanos y 1,7 a los demócratas. Solo el poderoso AIPAC (Comité de Asuntos Públicos de Estados Unidos e Israel) ha donado 2 millones, 1,2 a Trump y 808.000 dólares a Harris.

Entre los megadonantes, el mayor de los republicanos es el multimillonario Timothy Mellon, heredero de una fortuna ferroviaria que ha inyectado al menos 115 millones de dólares a Make America Great Again. Le sigue Miriam Adelson, la viuda del magnate de los casinos de Las Vegas Sheldon Adelson, propietaria de periódicos y sionista extremista muy cercana a Netanyahu y a Trump. Es la segunda mayor donante de su campaña con 100 millones al PAC proTrump Preserve América, incluidos 45 millones solo en septiembre.

La mujer judía más rica del mundo, con doble nacionalidad israelí y americana ya realizó importantes contribuciones en 2016 a la campaña de Trump. Dieron fruto: ya que republicano durante su mandato movió la embajada estadounidenses a Jerusalén, reconoció los territorios ocupados de los Altos del Golán y promovió los Acuerdos de Abraham, que normalizan el control de los territorios atrapados a los vecinos árabes. El propio Trump bromeó en una gala republicana con que Adelson estaba todos los días en la Casa Blanca pidiéndole favores.

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El tercero, y con una enorme visibilidad pública este año, es Elon Musk -uno de los hombres más ricos del mundo, fundador de SpaceX y propietario de StarLink, OpenAI X y Tesla, entre otras firmas-. Ha gastado a través de su grupo empresarial más de 75 millones de dólares en apoyo a Trump, su propio comité de acción política, America PAC, y alrededor de 10 millones más para ayudar a los republicanos en carreras al Congreso.

Musk es el megadonante de la élite de Silicon Valley, que incluye a Peter Thiel, multimillonario y cofundador de Palantir y PayPal. Mentor de J. D. Vance, convenció a Trump para que llevara en el ticket al de Ohio. Además capitalistas de riesgo como David Sacks, Marc Andreessen, Ben Horowitz, Antonio Gracias y Joe Lonsdale, por mencionar algunos, han donado a ambas campañas.

Al margen de los donantes millonarios, el zumbido incesante de los mensajes de texto en el teléfono de los votantes con solicitudes de donaciones a las campañas políticas y candidatos es quizás una de las singularidades más reconocibles de las elecciones de 2024. Esta práctica se ha convertido en una rutina casi diaria, aunque tras esta dinámica también se esconden fraudes.

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La recaudación mediante microdonaciones individuales despuntó hacia finales de julio con el comienzo de la campaña de la demócrata Kamala Harris, que tras la retirada de Biden vio un aluvión de nuevas aportaciones económicas que alcanzaron el millón y medio de dólares en solo once días. Estos montantes más pequeños conforman una porción no despreciable del total de la caja de recaudación. Y en esta edición de las presidenciales han favorecido al candidato independiente Cornel West (53,82%), seguido de Harris (41,63%) y Trump (31,71%).