Los votantes más difíciles de predecir

Es entre todos estos jóvenes, los de 18 a 24 años que suman tres millones de votantes, donde el CIS halla mayor proporción de abstencionistas e indecisos ante los comicios del domingo. Según su sondeo 'flash' publicado el lunes, sólo un 58,6% de todas estas personas afirma que con toda seguridad irá a votar, el porcentaje más bajo de entre todas las franjas de edad y quince puntos por debajo del total de la población (74,6%). Además, un 22,8% de estos jóvenes aún no sabe a qué partido votará. Ello en principio les hace más imprevisibles, aunque el politólogo Pablo Simón afirma que este dato esconde abstención no declarada.

Pero esto no es algo extraño, afirma Javier Lorente, profesor de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos. La mayor abstención es un fenómeno universal y persistente en el tiempo. Según explica, si bien a lo largo de la vida hay bastante estabilidad en la ideología y fidelidad al partido al que se vota, éstas hay que crearlas, y toma tiempo: cuando se es joven se dispone de menos información, se tiene menos experiencia y es más difícil interpretar los mensajes de los partidos, de ahí la indecisión y la abstención.

Aunque hay excepciones, como en 2015, coincidiendo con la irrupción de Podemos; o en 1982, con la victoria del PSOE. Fueron ocasiones en que se movilizaron más. Porque, apunta Simón, se trata de una tipología de votante muy «elástica»: hay contextos que elevan mucho su participación, como cuando nacen nuevos partidos, y hay otros que la remiten mucho, como cuando se repiten elecciones.

Si bien el actual es un contexto en el que es difícil hacer una previsión sobre si la movilización será mayor o menor de lo habitual, Simón destaca que el hecho de que hayan entrado en campaña cuestiones que afectan a los jóvenes implica que la elección está muy disputada: hasta el último voto cuenta, también los de una cohorte, la de los jóvenes, pequeña y que por ello no suele importar mucho a los partidos.

Pero Lorente valora que los nuevos votantes aún están en su mayoría bajo la protección familiar, por lo que les salpica menos el problema de la vivienda. Mientras que Simón agrega que las rebajas en los precios de los viajes afectan sobre todo a los universitarios, que son quienes ya son más tendentes a votar. Las medidas adoptadas, por tanto, pueden no tener el efecto deseado.

El informe 'Jóvenes, internet y democracia' de la Fundación Felipe González señala como clave de la desafección política de la juventud que pertenece a una generación con más oportunidades, pero con peores expectativas. Precisa que los jóvenes realmente desafectos serían quienes tienen una peor situación socioeconómica, menor capital cultural y quienes no creen en su capacidad para influir en lo público. El mejor predictor de la participación electoral, dice Lorente, es el nivel educativo y económico.

Según el Consejo de la Juventud de España (CJE), la generación nacida en los 2000 tiene las peores perspectivas desde los sesenta. Y el CJE añade que otra razón de la desafección política pasa por que a la juventud se la tache de «débil» o de «generación de cristal». Aunque también avanza como temas que tendrán en cuenta estos electores la lucha contra la crisis climática o la salud mental.

Lorente revela otro ingrediente del pensamiento juvenil: según un estudio que ha realizado en la Comunidad de Madrid, si entre la población en general el 80% cree que la democracia es el único sistema político legítimo, entre los jóvenes ese porcentaje baja al 65%.

Según la encuesta 'flash' del CIS, el PP sería el partido ganador entre las personas de entre 18 y 24 años, con un 21% de los votos, seguido del PSOE, con un 20,3% de los sufragios, en contraposición con otra encuesta preelectoral del CIS de 2019 en ese caso referida a las generales. Además, es entre las personas de 18 a 24 años donde Vox obtiene más apoyos (un 7,5% declara que lo votará el domingo), si bien en autoubicación ideológica esta cohorte de edad no destaca por tener muy elevadas las posiciones 8, 9 y 10 (las tres más a la derecha).

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Pablo Simón sintetiza la posición política de los jóvenes actuales: se inclinan algo más a la izquierda que a la derecha y suelen ser más tendentes a votar a los partidos nuevos –de ahí su mayor preferencia por Vox en la derecha que la de sus mayores y la previsible por Sumar en la izquierda con vistas a las generales–. Además, este profesor de la Universidad Carlos III de Madrid agrega que esta generación ha virado un poco a la derecha respecto a alguna de las precedentes.