De Canarias a Galicia: las joyas de España se presentan en Fitur

Desde una pareja vestida de indios caminando por Castilla la Mancha y probando sus mejores vinos, hasta un drag queen robando miradas por Madrid, mientras de fondo se oye el sonido de silbo gomero: eso es la Feria Internacional de Turismo, uno de los eventos más importantes del sector turístico a nivel mundial.

Desde la entrada al recinto de Ifema, en Madrid, ya sorprende la magnitud de lo que promete ser el evento. En las puertas miles de visitantes, entre ellos empresarios, autoridades y profesionales del sector se agrupan en las afueras formando una mezcla de idiomas, trajes formales y ropa cómoda para caminar, porque Fitur es viajar andando.

Dentro del recinto, el bullicio es constante y da la sensación de estar en un viaje interminable mientras descubre lo mejor de cada rincón del mundo.

El estand de Canarias, ubicado en el pabellón 9, lucía con bastante vida a pesar de la poca luz que tenía pero es que Canarias brilla por sí sola. Las ocho islas ofrecieron lo mejor de cada una de ellas, desde la promoción de la Bajada de la Virgen de Las Nieves en La Palma, hasta la necesidad de Lanzarote de encontrar un turismo de calidad.

Con una gran sonrisa, Graciliano Díaz sirvió los mejores zumos de piña, papayo, plátano o guanabana, en vasos bien cargados y que todo el mundo recibía encantado. Lleva 33 años viniendo a Fitur y asegura que «cada vez le gusta más venir».

El olor a cocido madrileño invitó a visitar el estand de Madrid, donde un robot daba la bienvenida a los asistentes bailando un chotis. Valencia era visita obligada y no defraudó. Por un lado, ofrecían un taller sobre cómo hacer una buena paella, mientras que por otro, dos jóvenes falleras paseaban luciendo sus mejores galas. Los reyes de España, Felipe y Letizia, mostraron bastante cercanía y cariño a la comunidad en su visita.

El arte y la gracia de Andalucía se hicieron notar en la feria mostrando los mejores paisajes de sus ocho provincias. Galicia presentó el Camino de Santiago como una propuesta única en el mundo, mientras que en Asturias la inocencia de Mafalda aguardaba sentada en un banco bajo la atenta mirada de un escanciador impreso en 3D.

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