Los comercios limitan la entrada para reducir el riesgo de contagio

Los supermercados, panaderías y tiendas de alimentación que abrieron sus puertas ayer, primer día de entrada en vigor del decreto del estado de alarma, optaron por imponer medidas encaminadas a evitar aglomeraciones como las vividas la semana pasada, contribuyendo así a reducir el riesgo de contagio. Aforos limitados en el interior, una entrada regulada y la reducción de los horarios de apertura y cierre (entre las 9 y 10 y hasta las 20 horas en casi todos los casos) fueron las medidas adoptadas de forma generalizada por el grande y pequeño comercio. Además, en la mayoría de los comercios se solicitaba el pago con tarjeta o con el teléfono móvil en lugar de con efectivo para evitar el contacto físico.

Las medidas coincidieron con una afluencia de público menor que la semana pasada, lo que permitió respirar «cierta tranquilidad» solo rota porque las dependientas y numerosos compradores portaban guantes y mascarillas y las personas procuraban mantenerse alejadas unas de otras.

En las panaderías de La Madera de la capital grancanaria, por ejemplo, solo se permitía el acceso de dos personas en el interior mientras que mesas frente al mostrador distanciaban a las dependientas, que iban ataviadas con mascarillas y guantes, de los clientes.

En las pequeñas tiendas de alimentación y en los súper la estampa habitual del día fueron colas a las puertas, mientras que un guarda de seguridad se encargaba de regular la entrada. Cada vez que salía un cliente se permitía la entrada de otro al establecimiento, con un aforo fijado en función del tamaño y que buscaba que no hubiera masificaciones en el interior. En el caso de que el establecimiento tuviera parking por cada persona que salía con compra se permitía en rotación el acceso de uno de calle o del aparcamiento.

El secretario general de la Asociación de Supermercados de las Islas Canarias (Asuican), Alonso Fernández, indicó que los distribuidores han asumido recomendaciones de Salud Pública para evitar aglomeraciones. Fernández destacó la menor afluencia a los establecimientos ayer.

«Poco hacemos si se decreta que la gente este confinada en casa y después vamos todos en masa al supermercado y estamos unos pegados a otros», indicaba ayer una señora en la cola de un supermercado. La suya era la opinión de casi todos los que ayer acudieron a un establecimiento a comprar y que asumieron con «gran civismo» las nuevas reglas.

«La gente ha asumido muy bien la nueva situación», destacó ayer el secretario general de la Asociación Canaria de Medianas y Grandes Empresas de Distribución (Asodiscan), Alfredo Medina. Otra nota relevante de la jornada fue que, después de varios días de locura, no solo se redujo el número de compradores sino que además las adquisiciones fueron «más normales». «La gente hizo la compra del día a día no fue el acopio de la semana pasada», indicó Medina.

Algunas enseñas como Mercadona llegaron a pintar en el acceso al comercio líneas individuales de espera, para que las personas que hicieran cola mantuvieran una distancia prudencial unas de otras. En estos días y a consecuencia del riesgo de contagio, la enseña valenciana advierte de que «no cumple con lo que pone en el ticket» y no admite devoluciones por seguridad alimentaria. Tampoco realiza envíos a domicilio ni telecompra.

La mayoría de los comercios están priorizando a la hora de reponer los alimentos esenciales y de primera necesidad. Supermercados y grandes distribuidores volvieron a insistir ayer en que no existe ningún problema de aprovisionamiento y de que no van a escasear los alimentos en el archipiélago durante esta crisis.