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La infraestructura de recarga es el segundo freno, después del precio, al despegue de la movilidad eléctrica. El sector de las empresas implicadas ha defendido históricamente que los puntos públicos instalados hasta el momento son suficientes para cubrir las necesidades de las 420.000 unidades que componen actualmente la flota de vehículos electrificados en España.
Un nuevo estudio ha ido más allá para calcular cuántos harían falta realmente para equiparar el servicio de recarga eléctrica al que actualmente se da con las gasolineras tradicionales. La conclusión es que hacen falta casi un 50% más. Si, según los fabricantes, hay 39.000 puntos públicos instalados -20.000 operativos según el mapa oficial del Miteco-, el nuevo trabajo revela que harían falta otros 19.300 postes de carga ultrarrápida adicionales para dar la cobertura que dan los surtidores de combustibles.
Esta es una de las principales conclusiones del informe 'Impulso a la movilidad verde: Presente y futuro de la infraestructura de recarga de vehículo eléctrico en España', elaborado el Payment Innovation Hub y Afi, en colaboración con CaixaBank, Visa y Arval, que ha tenido como objetivo analizar la evolución del sector y sus principales desafíos.
La investigación revela, entre otras cosas, que la distribución de puntos de recarga es homogénea entre municipios de distintos tamaños, con una media nacional de 0,80 puntos por cada 1.000 habitantes. Pero, como señaló Silvana Churruca, CEO del citado consorcio de empresas, aún existe «margen de mejora» en lo que a infraestructura para el vehículo eléctrico se refiere.
Existe una normativa reciente -AFIR (Reglamento sobre Infraestructura para los Combustibles Alternativos)- que establece un marco regulador común en Europa para impulsar la movilidad eléctrica y que, al menos en España, está por cumplir en diversos aspectos.
Además de exigir una mayor dotación de puntos de recarga ultrarrápida (más de 150 kilovatios), obliga a facilitar el pago en ellos, con la instalación de lectores de tarjetas en cargadores rápidos (más de 50 kilovatios) y la opción de recarga sin necesidad de registro o firma de contrato. Hasta ahora, el pago pasaba en muchos casos por el registro en una aplicación, a través de la que se realizaba el abono.
Según la citada normativa AFIR, a partir de abril del año pasado los postes debían tener un lector de tarjetas para pagar mediante 'contactless'. Sin embargo, en España, sólo el 9,1% de los puntos operativos en octubre de 2024 disponían de uno, y sólo el 4,6% están equipados con un lector de tarjetas sin contacto, destacan los autores del informe con datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). «Esto dificulta el pago con tarjeta -valoran- y no responde a las necesidades actuales de los consumidores». Un estudio de Visa muestra que el 80% de los usuarios cree que se debería poder pagar con tarjeta este servicio.
Por su parte, el director de Sostenibilidad de CaixaBank, Eugenio Solla, destacó durante la presentación del informe la apuesta de la entidad en la movilidad eléctrica. «De los más de 100.000 millones de euros que queremos movilizar en finanzas sostenibles en los próximos tres años, una parte irá destinada a la movilidad limpia e incluye la inversión en infraestructuras de recarga plara contribuir a su desarrollo y expansión, y que así la recarga sea mucho más accesible», adelantó.
Por su parte, Eduardo Prieto, director general de Visa en España defendió que cargar el coche debería ser «tan fácil como comprar un café». De ahí que el modelo de pago y la interoperabilidad de los postes eléctricos sean una prioridad para impulsar esta alternativa de transporte sin emisiones contaminantes.
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