La actividad de reparaciones, en especial en el caso de las plataformas petrolíferas, ha consolidado al puerto de la capital grancanaria en el contexto atlánticoArcadio Suárez
¿Pacto por la ciencia y la innovación?
CRECIMIENTO AZUL ·
Se entiende en consecuencia, que existe el acuerdo social implícito, lo que sin duda es claro entre los firmantes del pacto, sin embargo, este acuerdo no ha existido en el pasado cuando se dejó de priorizar la I+D+i entre otras necesidades sociales también importantes
La tragedia integral que supone la pandemia del covid-19 ha producido muchos efectos negativos y algunos «positivos», entre estos se puede señalar claramente, la conciencia inmediata de la importancia que las limitaciones del sistema español de I+D+i han tenido en su capacidad de anticipación y respuesta al problema de salud, y por asimilación, igualmente al resto de muchas necesidades generales de la sociedad española. Esta realidad ha producido una movilización de la opinión pública (específicamente impulsada) y de un representativamente amplio conjunto de instituciones del mundo de la ciencia, que en un proceso de convergencia deseable y útil, ha culminado con la concreción de un texto que se ha denominado «Pacto por la Ciencia y la Innovación» (su última versión del 23 de febrero de 2021 se puede encontrar en la web del MICINN) que el Ministro ha asumido y anuncia que será presentado en el Parlamento en las próximas semanas.
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La propia existencia de la voluntad de hacer el pacto y el esfuerzo necesario de convergencia para conseguir el texto, son sin duda una señal de relevancia para fijar la atención social en este problema. Es importante señalar el esfuerzo de síntesis y simplificación que ha dado lugar a un documento corto y razonablemente concreto y claro.
El primer párrafo, en el que se hace la definición y declaración de principios, viene a recoger lo que son los principales consensos internacionales y europeos: «El conocimiento y la innovación son esenciales para mantener y mejorar el bienestar social y el crecimiento económico. La competitividad y la productividad del tejido económico dependen, casi en exclusiva, de la cantidad de conocimiento avanzado incorporado por la actividad productiva y, por ende, de su continua renovación. La investigación en las ciencias naturales, sociales y humanas es fuente de valores y enriquecimiento cultural». A continuación, entre otros argumentos de oportunidad señala: «Es el momento de hacer explícito el acuerdo existente de la sociedad civil española sobre el papel central de la ciencia y la innovación».
Se entiende en consecuencia, que existe el acuerdo social implícito, lo que sin duda es claro entre los firmantes del pacto, sin embargo, este acuerdo no ha existido en el pasado cuando se dejó de priorizar la I+D+i entre otras necesidades sociales también importantes. Esto ha de tenerse en cuenta para no repetir lo acontecido particularmente en la crisis anterior.
El pacto propone también concentrarse en los aspectos básicos y evaluables que determinan cada sistema de I+D+i: Los recursos, la organización del sistema y las personas que lo hacen posible. Sin duda esta es una buena aproximación, por cuanto permite que los planteamientos puedan ser muy claros y su seguimiento muy rápido.
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Por otro lado, utiliza como referencia la Estrategia Europea, recientemente publicada: «Un nuevo EEI (Espacio Europeo de Investigación) para la Investigación y la Innovación» (COM(2020) 628, 30 septiembre 2020) donde se fijan como objetivos que en 2030 el 3% del PIB sea la inversión en I+D+i y que el 1,25% de esta sea inversión pública. Es preocupante que no se haga ninguna referencia, ni en el Pacto, ni la Estrategia Europea a que esta cifra del 3% ya fue el objetivo en las dos décadas anteriores (del 2000 al 2010 y al 2020). La realidad es que esta cifra no se ha conseguido en el conjunto de la Unión, volviéndose a plantear como objetivo para la nueva década que iniciamos 2020-2030 (los últimos datos disponibles, EU27, son los de 2018, que señalan haber alcanzado solo el 2,18%PIB).
Es cierto que en las décadas anteriores han ocurrido circunstancias adversas, lo mas probable es que en mayor o menor medida, continúen ocurriendo las conocidas o aparezcan nuevas adversidades. Esto tiene que ser parte del análisis para conseguir los objetivos. También es de interés señalar que la media europea avanzó del 1,97 al 2,18% del PIB (de 2010 a 2018) y que el comportamiento de los Estados, de forma individual, ha sido muy diverso. Todos los grandes países de la Unión han crecido en esta década (en mayor o menor medida) mientras que España ha descendido del 1,36 al 1,24%).
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Los datos muestran con claridad, que a pesar de ser una estrategia de alto nivel para el conjunto de Los Estados miembros, es cada uno, el que con su estrategia y su gestión de las contingencias el que determina los resultados. En este contexto, es donde el pacto alcanzado tiene su oportunidad, si se tiene en cuenta que, aunque en él no se explicitan las barreras y obstáculos que han dado lugar a la situación en que se encuentra el sistema nacional de I+D+i español, pero que son bien conocidas y el desarrollo del pacto debe garantizar su superación.
El recorrido y los datos en las últimas décadas del sistema de I+D+i de Canarias solo pueden calificarse de situación catastrófica, en el sentido absolutamente literal. En los ocho primeros años la inversión en I+D+i ha retrocedido el 25%. Las comparaciones con las medias, nacional y europea, con las otras comunidades españolas o con los países más dinámicos de la Unión nos sitúan entre 2,6 y 6,6 veces inferior de su gasto. Es verdad que se puede hacer la comparación con los países y comunidades menos eficientes, evidenciandoes que Canarias, en todos los casos, se encuentra en los grupos de indicadores más débiles.
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La situación es tan mala como clara. El conjunto de buenas acciones y medidas que, sin duda, se derivaran tanto de la Estrategia Europea como del pacto nacional, como ya ocurrió en el pasado con las estrategias y planes anteriores, no serán suficientes para que el sistema canario de I+D+i público pueda salir de la situación actual y mucho menos para que sea capaz de impulsar el sector privado y en conjunto se consiga un impacto significativo y positivo en la economía y la sociedad del Archipiélago.
Sin embargo, estas circunstancias abren la oportunidad de hacer un pacto propio canario para impulsar la mejor adaptación de la aplicación del nacional y para facilitar el aprovechamiento de las posibilidades que da la estrategia europea si se complementan y alinean adecuadamente.
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