Fallar para poder crecer, el gran reto de las empresas

Aprender a fallar se está convirtiendo en los últimos años en el mayor desafío para las empresas. Acostumbradas a huir del fallo para alcanzar el éxito, los constantes cambios en el contexto económico global, hacen que identificar oportunidades en los mercados financieros se transforme en algo esencial para las empresas.

Los avances tecnológicos, los sucesivos cambios geopolíticos y la evolución demográfica y social obligan a las a empresas a seguir innovando para mantener y mejorar su competitividad.

En las últimas décadas, la frecuencia con la que las empresas y las personas se enfrentan a cambios tecnológicos se ha acortado significativamente, causando que el esfuerzo que hacen las empresas para adaptarse a estos cambios sea cada vez mayor y en un periodo más reducido de tiempo.

Dentro de ese proceso de adaptación se encuentra la capacidad de las empresas para alinear el fallo con el éxito, de ver el fallo como un proceso inevitable por el que hay que transicionar antes de llegar a un modelo de negocio que reporte beneficios. En este estilo emprendedor es donde la conceptualización del fallo y las políticas de remuneración para los empleados cambian por completo.

Así lo explicó, Borja Alonso de Linaje, director académico del Advanced Management Program y profesor en la IE Business School, además de cofundador de sendas 'startups'líderes en bioenergía y alimentación durante su presentación en el Foro CANARIAS7, 'rompiendo reglas: ambidexteridad organizacional para un crecimiento empresarial colaborativo en Canarias' organizado por Cajasiete.

Para entender el por qué es importante contar con esa ambidexteridad organizacional hay que tener en cuenta que el 75% de los proyectos emprendedores que lanzan productos innovadores al mercado fracasan y de ese 25%que sobrevive, muy pocos alcanzan el nivel de expectativas que se habían planteado.

Según Alonso de Linaje, históricamente, cuando una empresa quiere emprender una aventura en un nuevo proyecto, destina una parte de su plantilla a trabajar en él, todo sin abandonar el modelo que le está reportando éxito, demandando de sus trabajadores un esfuerzo adicional que se recompensa habitualmente con un bonus económico. Cuando el proyecto fracasa, lo cuál es lo habitual, el empleado termina con las manos vacías.

Sin embargo, existe un modelo de negocio que está empezando a trabajar en otra dirección, del «inesperado beneficio de celebrar los errores». Citando a Astro Teller, Director Ejecutivo de Google X, Alonso de Linaje explica que es difícil pedirle a un trabajador que «se tire a la piscina» en algo que es muy probable que fracase y del que no va a obtener ningún rédito pero que lo que sí se puede hacer es jugar a lo contrario, premiando económicamente a aquellos que tengan capacidad de encontrar los fallos en los proyectos.

De esta forma, se da un vuelco al concepto clásico de que sea el trabajador el que presente el proyecto y el alto cargo evalúe sus posibles riesgos y beneficios, pasando a ser el empleado, el que de verdad conoce las particularidades del producto el que diga si el proyecto tiene o no recorrido.

Para Alonso de Linaje, esto aumenta la motivación de los trabajadores, sabedores de que pueden recibir compensación tanto si el proyecto triunfa como si fracasa.

Esto también repercute positivamente en las empresas, que al conseguir frenar sus proyectos innovadores antes de que vean la luz, le permite ahorrar costes. Con este modelo, se puede alinear al éxito empresarial con la «motivación más humana y personal de la gente» (el dinero) y con una mayor probabilidad de éxito. Además, es un modelo que para aplicarse no tiene que ver la cantidad de dinero que poseas, opinó Alfonso de Linaje.

Ser una entidad financiera que tiene como principal objetivo solucionar los problemas que afectan a Canarias es algo que permite a Cajasiete competir con las grandes entidades financieras a nivel nacional.

Con un modelo de negocio basado en la confianza, la entidad canaria presume de ser un banco que cubre a «medida» las necesidades de las personas y el tejido empresarial de Canarias, generando a su vez riqueza y empleo estable, transformando esa confianza en un progreso sostenible para las islas, explicó el subdirector general de Cajasiete, Luis Alberto Díaz explicó durante su intervención el foro de CANARIAS7.

Otro factor que según Díaz distingue a Cajasiete es que está conformada como una sociedad cooperativa de crédito y no como una sociedad anónima, por lo que esa generación de riqueza no se usa para remunerar al accionista sino «para generar una empresa cada vez mayor» para socios y clientes.

Con ese crecimiento, se podrá entonces actuar en más áreas, como la social donde en 2024 realizaron más de 900 acciones, a través de iniciativas como el ingreso sobresaliente, que premió la excelencia de 60.000 jóvenes canarios, colaboraciones con entidades deportivas de primer nivel como la Unión Deportiva Las Palmas, el Club Deportivo Tenerife u organizaciones sin ánimo de lucro como Pequeño Valiente.

El evento fue introducido por el consejero delegado de Inforcasa, Matías García Brugos.

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