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La situación del automóvil en Canarias se agrava con cada día que pasa. Las dificultades de los conductores para acceder a vehículos nuevos y adaptarse a las nuevas modalidades de bajas emisiones debido a su elevado precio está presentando un panorama cada vez menos viable para la renovación del parque móvil de las islas.
Un 34% de los vehículos que circulan en Canarias no acude a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) por el miedo de sus propietarios, conscientes de que sus vehículos no reúnen las condiciones para superar el examen. Esto contribuye al empeoramiento de un parque móvil en Canarias, cada vez más envejecido, con vehículos en condiciones pésimas que sin embargo siguen circulando con la gravedad que ello ipuede llegar a implicar.
Durante 2024, las estaciones de ITV de Canarias inspeccionaron más de 1,13 millones de vehículos, detectándose un alto porcentaje de defectos en los vehículos revisados, tanto en aspectos leves como graves, según los datos de la Federación Canaria de Empresarios Importadores y Concesionarios de Automóviles (Fredica).
Del total de vehículos analizados, 221.918 fueron rechazados en la primera inspección, casi un 20% mientras que en las posteriores revisiones se denegaron un total de 33.515 vehículos.
Los automóviles que tienen una mayor tasa de rechazo en la primera inspección fueron los vehículos industriales, con un 29,27%. A partir de la segunda inspección, la tasa de rechazo desciende al 17,55% manteniéndose como la categoría de vehículos con el rechazo más alto. Según Fredica, este dato no es más que un claro ejemplo de la alta antigüedad media que tienen estos vehículos, tan importantes para el desarrollo económico del archipiélago.
En el caso de los vehículos de tipo turismo, que representan con diferencia el mayor volumen de vehículos inspeccionados, el rechazo en la primera inspección alcanza al 18,91%, mientras que realizadas segundas y otras inspecciones se rechaza el 14,41% de los vehículos. Según apunta Fredica, los defectos leves más comunes no impiden que el vehículo siga circulando, pero deben ser corregidos para «garantizar la seguridad vial».
En Canarias, el problema más repetido en 2024 estuvo relacionado con el sistema de alumbrado y señalización. Otros desperfectos comunes incluyeron problemas de motor y transmisión, freno, acondicionamiento exterior y chasis. Los defectos graves se redujeron generalmente a los frenos, los neumáticos y los problemas con los niveles de emisiones, el impedimento más común para superar la ITV en los últimos años.
Desde la Federación señalan que, observando el número de vehículos que no superan la primera inspección, y el 14% de vehículos rechazados también en la segunda inspección, unido al alto nivel de absentismo respecto a la realización de la ITV que existe en Canarias, es una fiel representación de la grave situación del parque móvil de las islas.
Tanto Fredica como Aconauto Canarias, los dos principales representantes del sector automovilístico en las islas es fundamental trasladar a la opinión pública la necesidad de mantener un adecuado estado de los vehículos, tanto en lo que se refiere a los elementos de seguridad como respecto a los niveles de emisiones contaminantes.
La antigüedad del parque móvil de las islas, de los más viejos de España, con una edad media que supera ya los 16 años, hace necesario realizar operaciones de mantenimiento aún más exhaustivas de los vehículos tanto particulares como profesionales entre tanto se renueva el parque, dada la importancia para la salud y seguridad no solo de los que conducen estos vehículos sino respecto a otros conductores y la ciudadanía en general, apuntan desde Fredica.
Las sanciones por tener la ITV caducada en Canarias aumentaron un 52% en el periodo comprendido entre 2015 y 2023 pasando de 17.257 multas a 26.272.
Estas sanciones son una consecuencia directa del absentismo a la hora de acudir a la ITV anual. El porcentaje de conductores que consigue escapar de la legalidad y circular con una ITV caducada es prácticamente nulo.
Además, este incumplimiento está tipificado como una infracción grave o muy grave por parte de la Dirección General de Tráfico y las multas oscilan entre los 200 y los 500 euros.
A la sanción económica, hay que añadir la no cobertura de la aseguradora en caso de siniestro, lo que puede originar unos elevados gastos para el propietario del vehículo en función de la gravedad. Si, además, ese coche causa un siniestro vial y una de las consecuencias pone en peligro grave e inmediato la vida o integridad de las personas, causando la muerte o lesiones relevantes, se podría estar ante la comisión de un delito penal que puede llevar pérdida del carné de conducir, multa e, incluso prisión.
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