La banca gana un 20% más por los tipos sin que el pago de las hipotecas se resienta

Se trata de un 21% más de lo que ganaron en el primer tramo del año pasado. En estos seis meses han generado un resultado 2.000 millones superior al del 2022. Y las cuentas hubieran resultado aún mejor de no haber mediado el impacto del impuesto extraordinario que grava su actividad. Si no hubieran tenido que abonar ese tributo, el beneficio habría subido un 30%, otros 1.400 millones más.

A pesar de la heterogeneidad de actividades de cada entidad (algunas con una gran peso en el negocio extranjero, otras líderes en hipotecas o pymes, y las menos en el negocio típico) todas comparten un denominador: el margen de intereses (lo que ganan por financiar) se dispara.

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Además, esta vez la actividad internacional pesa mucho menos en estas abultadas estadísticas. Si a la cifra global de beneficios se le resta el negocio extranjero de Santander, BBVA y Sabadell, el beneficio se sitúa en los 5.293 millones, casi un 50% más en el primer semestre de 2022.

Las dos últimas entidades en rendir cuentas han sido BBVA y CaixaBank. En el primer caso, el banco presidido por Carlos Torres ha generado un beneficio de 3.878 millones, lo que supone un incremento del 31% interanual. Con estas cuantías, el grupo ha anunciado la recompra de acciones que ascenderá a un máximo de 1.000 millones. Por su parte, CaixaBank ha cerrado el primer semestre con un beneficio de 2.137 millones, un 35,8% más. También ha anunciado una recompra de acciones por 500 millones de euros para mejorar el dividendo a repartir.

Estos resultados se suman a los ya conocidos de Santander (5.241 millones, un 7% más); Sabadell (564 millones, un 43% superior) ; Bankinter (418 millones, un 54% más); o Unicaja (148 millones, un 13% menos).

En lo que también coinciden todas las entidades en señalar es en la contención de los impagos por las hipotecas. Y esta circunstancia, en un contexto en el que los tipos de interés han pasado del 0% al 4,25% en apenas doce meses, resulta llamativa. La tasa de morosidad apenas se ha movido en estos seis meses y sigue en mínimos de hace 15 años.

Para el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, el alza de cuotas es un «problema gestionable» porque los incrementos medios de las hipotecas de su entidad se sitúan «entre los 90 y los 110 euros al mes». «No tenemos un problema masivo al que hacer frente», ha insistido Gortázar, descartando que la subida de hipotecas «sea de 300 euros como se habla», sino que la media es mucho más baja.

De hecho, las peticiones de clientes para acogerse al código de buenas prácticas pactado entre el sector financiero y el Gobierno apenas ha recibido algo más de 33.000 solicitudes y muchas menos resoluciones. Los bancos optan por negociar caso por caso con cada afectado la medida a poner en marcha sin tener que adentrarse en esta normativa que implica numerosas consecuencias contables para la propia entidad financiera.

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Tampoco se muestran muy abiertos a mejorar la remuneración de los depósitos. Ha sido la constante en las presentaciones de resultados. Ayer, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, lo dejó claro: «No vemos a corto plazo la posibilidad de remunerar».