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Rubén Castro descarta, a día de hoy, regresar a la UD, luego de activar semanas atrás su cláusula liberatoria de contrato y que le reportó, como premio añadido, 300.000 euros, según la compensación pactada. El futbolista, máximo goleador del equipo en las dos últimas campañas y ejemplo de profesionalidad a sus 39 años, se ha trasladado a la península con su pareja e hijos y, según ha podido saber este periódico, ya estudia ofertas de otros equipos, con la posibilidad, incluso, de que pueda regresar a la Primera División.
De ahí que la puerta abierta que le han dejado en el Gran Canaria («esperaremos hasta el final por él por si quiere retirarse en el club de su vida», dijo al respecto Miguel Ángel Ramírez) no la contemple en estos momentos el delantero, por mucho que sepa que seguiría siendo pieza principal en los esquemas de Pepe Mel.
Rubén tiene motivos personales y profesionales para adoptar la postura de buscar un nuevo destino. Desde su entorno se ha filtrado que desea residir de manera permanente lejos de Gran Canaria por cuestiones familiares. Y a esta pretensión añade su opinión de que puede lograr un último buen contrato para coronar su trayectoria.
Tampoco es un aspecto menor su disconformidad con lo que estima ha sido un trato injusto por parte de la UD hacia él en los últimos tiempos con las rebajas de ficha que ha tenido que asumir. Eso le condujo a pedir la resolución del año que le seguía vinculando a la entidad pese a que tenía constancia de que contaba para el futuro. No se sintió valorado luego de arrancar la campaña con molestias y posponer al máximo su paso por el quirófano para ayudar al equipo, cumplir con una convalecencia ejemplar, reapareciendo en tiempo y forma y, tras el confinamiento y reinicio liguero, erigirse en el líder del equipo con diez goles en once partidos.
En otras palabras, esperaba un gesto por parte de la dirigencia que no se ha dado, lo que ha llevado a tomar la determinación de no retirarse con la camiseta que le vio crecer.
Tal y como ha manifestado, quiere estirar su carrera uno o dos años más atendiendo a sus buenas sensaciones físicas y exhibiendo unas estadísticas más que respetables, con treinta goles en los dos últimos cursos, mantiene la ambición competitiva. En Bahía, la agencia que lo representa, esgrimen que mantiene un buen cartel y que no tendrá demasiado problema en encontrar acomodo.
Recientemente circularon rumores que le situaban en la órbita del Mallorca, antes se especuló con que el Real Betis, donde es una leyenda viva, no vería con malos ojos hacerle hueco para utilizarlo como revulsivo y la posibilidad del recién ascendido Elche no ha tardado en cobrar fuerza.
Tal y como está el mercado, marcado por la recesión brutal que imponen el coronavirus y sus daños colaterales, que un delantero como él esté libre se considera una ganga.
Aunque, oficialmente, la UD mantiene las esperanzas de poder recuperarle con su discurso receptivo y sensible, lo cierto es que tanto Luis Helguera como Tino Luis Cabrera planifican la construcción de la próxima plantilla considerando que habrá que cubrir la vacante del isletero. Y en esta dirección se cuenta con retener a Sergio Araujo, de regreso tras su última cesión en Grecia, el crecimiento de Edu Espiau y la llegada de otro jugador específico de área, además de no descuidar las gestiones para una nueva cesión de Narváez, cuya polivalencia le permite situarse, también, como referencia ofensiva.
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