Los seis minutos que disputo Valentín Pezzolesi frente al Barcelona, y que supusieron su estreno en Liga con la UD, han tenido el premio inesperado de hacerle un lugar en la historia, pues le convirtieron en el debutante más joven en los casi 76 años de vida de la entidad en la máxima categoría. Con 17 años, 10 meses y 6 días pulverizó todos los registros anteriores de precocidad en este escaparate competitivo, todo un honor para el lateral tinerfeño y que en esta campaña se ha coronado, iniciando el curso en el Juvenil, pasando por el filial y ya promocionado con los profesionales, con los que acumula varias convocatorias y ya tuvo rodaje en la Copa del Rey, en la eliminatoria disputada frente al Ontiñenael pasado mes de noviembre.
Pezzolesi, que en abril cumplirá 18 años, fue captado en edad cadete procedente de la cantera del Tenerife tras llamar la atención por sus cualidades como carrilero diestro y ha completado con rendimiento y progreso su ciclo de preparación en la base, hasta el punto de que se produjo su bautizo en la máxima categoría ante todo un Barcelona.
El jugador, sonriente, poco antes del inicio del encuentro.
En el club le tienen en alta estima por su disciplina, ambición de mejora y competitividad y no dudan de que puede ser un jugador de valía y prestancia para el futuro si mantiene su proyección. Su carácter, blindado a distracciones y que le ayuda a focalizar esfuerzos, juega a su favor en el sueño que tiene de hacer carrera más allá de haber roto el cascarón.
Coyuntura propicia
La coyuntura de bajas y ausencias en la defensa, lesionados Pelmart y Marvin, y con McKenna sancionado, le abrieron una rendija para hacerse visible a ojos de Diego Martínez ya con la responsabilidad que comporta LaLiga EA Sports. Ahora tiene tiempo para aumentar su cuota de presencia si bien poco le ayuda la situación del equipo y la previsible recuperación progresiva de piezas en la retaguardia.
De raíces argentinas, un hermano suyo, Matías, y con pasado en en Anexo, debutó esta temporada con el Tenerife en Segunda y en la etapa de Pepe Mel. Ahora el orgullo de la familia incrementa y de qué manera. Porque jugar en Primera y hacerlo para hacerse un hueco en las hemerotecas no está al acance de cualquiera y en el caso de Valentín eso ya es una realidad reluciente.
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