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Diego Martínez se la juega en la visita al Valladolid: triunfo o destitución
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Siete jornadas consecutivas sin ganar, 1 punto de los últimos 21 en juego y el descenso en el cogote hacen insostenible que la UD siga igualLa situación límite en la que se encuentra la UD, siete jornadas consecutivas sin ganar y un punto de los últimos veintiuno en juego, convierte el partido del próximo viernes en Valladolid (20.00 horas) en una prueba de fuego para el proyecto y la continuidad al frente del mismo de Diego Martínez. El técnico encara un partido sin margen de error frente al colista de la categoría y sabe que una nueva derrota, que supondría la quinta consecutiva en un sucesión fatal de resultados, haría saltar por los aires su crédito. Incluso un empate podría resultar insuficiente dado el déficit que se arrastra.
Pese a los avances en el rendimiento que se dieron ante el Barcelona, con elogios y reconocimientos al esfuerzo del equipo pese a la derrota final en el Gran Canaria (0-2), lo que da de comer son los puntos y los goles y la UD encadena dos meses de una sequía demoledora y que, por puro azar (la diferencia de goles a favor y en contra con el Valencia y con un margen testimonial), ha impedido caer en los puestos de descenso. La dinámica actual es la peor de la temporada, pues ni en la enfasta etapa de Luis Carrión al inicio se dejaron escapar, de manera encadenada, doce puntos.
En el club son sensibles a las contingencias que, de manera implacable, han limitado el potencial de la plantilla con lesiones, sanciones sucesivas y el inevitable impacto de lo acontecido con Kirian. «Hemos pasado situaciones que ningún equipo ha tenido», se ha encargado de recordar el propio Martínez y cargado de razones. Pero si se han de activar medidas para frenar lo que se empieza a ver como un descenso a cámara lenta no habrá dudas en la directiva, absolutamente convencida de que hay margen y capacidad para mejorar lo que se ve ahora. Y, si es posible, con el mismo entrenador, con el que se cierran filas confiando en un golpe de timón inmediato.
Un apagón fatal
Nadie quería llegar al cruce en Pucela con las urgencias que ahora marcan la actualidad de la UD entre otras cosas porque era inimaginable este apagón en lo que se lleva de 2025. En las seis derrotas de este tramo se concentran capítulos de mala suerte y alguna polémica arbitral de por medio. Pero, en dosis mayoritarias, también un nivel deficiente de juego, manifestado de manera mayúscula en la debilidad defensiva. Ni una portería a cero desde diciembre y, salvando el empate con el Atlético Osasuna (1-1), siempre recibiendo más de un tanto son parámetros incompatibles con la deseada reacción, Y por mucho que se pregone seguridad y optimismo, la preocupación sobrevuela y resulta inevitable ponerse en el escenario de un nuevo relevo en la banda. Y en el horizonte asoma en el campo del Valladolid. Puerta grande o enfermería.
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