Diego Martínez, ante el verdugo de su antecesor Luis Carrión

En medio de la agonía, otra vez el Celta de Vigo. Como pasase en la jornada 9 de Liga, en la primera vuelta, tras una racha estrepitosa, el conjunto gallego se cruza en el camino de la UD Las Palmas. En ese entonces era Luis Carrión el técnico amarillo y, tras el tropiezo en el GranCanaria, con derrota por 0-1 contra un Celta con nueve futbolistas —expulsaron a Iago Aspas y Moriba—, fue fulminado atesorando solo tres puntos de 27 posibles.

Ahora, con Diego Martínez a los mandos en busca de una segunda resurrección, en puestos de descenso y la soga al cuello, la UDencara una semana decisiva y cargada de necesidades. Será, además, larga, puesto que el encuentro se disputará el lunes 31 de marzo a partir de las 20.00 horas.

Asimismo, Martínez batallará contra el verdugo de su antecesor. Y lo hará también con urgencias varias, ya que los amarillos necesitan un triunfo que se ha resistido en todo 2025. Es más, con solo tres puntos logrados de los 30 que se han disputado este año, otro mazazo podría hacer saltar todas las alarmas en el club, por lo que el Celta calibrará de nuevo cómo está el latir del corazón de Las Palmas.

Cabe destacar que la Unión Deportiva no maneja tampoco buena estadística en Balaídos, donde en Primera División presenta números famélicos, con solo tres triunfos en las 22 visitas a tierras gallegas. Y, por si fuera poco, que el Celta está jugando francamente bien. Es más, está luchando por colarse en las posiciones que dan acceso a final de temporada a puestos europeos. Con Giráldez y un sinfín de canteranos, los celestes están ejecutando su mejor curso en los últimos años. Lleva seis jornadas seguidas sin conocer la derrota —cuatro victorias y dos empates—, sumando 14 puntos de los últimos 18 posibles.

Si se comparan las dinámicas, todo augura a un nuevo palo para la escuadra grancanaria, aunque en el vestuario amarillo apelan al orgullo con el que marcó dos goles al Alavés (2-2) en tiempo de descuento y salvó un punto de oro para evitar, todo sea dicho, el triunfo de un rival directo por la permanencia.

Ahora vienen diez finales. Y las estimaciones que hace el club insular para salvar la categoría y evitar el descenso al infierno de la Segunda División es la de sacar 15 puntos de aquí a que el curso eche el cierre. Eso viene a significar ganar cinco de los diez encuentros que quedan.

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