Su imagen en el banquillo, enojado y sentado mientras el resto saltaba celebrando el gol del empate de Alberto Moleiro, está dando que hablar. El susodicho en cuestión es Sandro Ramírez, que se llevó una atronadora pitada cuando Diego Martínez le sustituyó y que incluso hizo algún que otro gesto a la grada, como pasara también jornadas atrás, en Zorrilla, cuando tuvo una acalorada discusión con un aficionado amarillo al término del partido ante el Valladolid.
Sandro Ramírez, que comenzó muy bien la temporada, siendo decisivo y anotando goles importantes -ahora mismo lleva ocho tantos-, no pudo esconder su enfado tras el cambio y los silbidos recibidos. Es más, las cámaras de televisión captaron su serio semblante mientras el resto del banquillo celebraba locamente el gol del empate de Alberto Moleiro para salvar un valioso punto (2-2) sobre la bocina contra el Alavés en la jornada 28. Fue ante un rival directo y, aunque no se ganó, se evitó el triunfo del enemigo. Fue un éxtasis global en el Gran Canaria menos para Sandro, que no estaba para hacer amigos y que, por sus gestos y expresiones, no parece entender por qué la grada la tiene cogida con él.
Cabe destacar que Sandro está firmando su mejor temporada con la camiseta de la Unión Deportiva, puesto que el curso pasado solo anotó un gol y en Segunda División, el año del ascenso, firmó siete dianas. Este curso, en los 23 encuentros que ha jugado en lo que va de campeonato doméstico, sumando 1.585 minutos, ya ha visto portería hasta en ocho ocasiones.
Si se comparan los números durante toda la campaña, su rendimiento ha bajado, pues en los últimos 10 partidos -aunque se ha perdido dos- tan solo ha marcado un gol, mientras que en los otros 17 encuentros, en los que no pudo jugar tres por lesión, metió siete tantos. Aun así, el delantero grancanario está incluso en la pelea para ser el máximo goleador español de LaLiga. Ahora mismo ocupa la cuarta plaza, empatando con Iago Aspas y Javi Puado con esos ocho goles. Por delante están Kike García y Ayoze Pérez, con once cada uno, y Sancet, que con 13 es el máximo candidato a llevarse el trofeo 'zarra' de Primera División.
Con todo, y a pesar de esto, Sandro sumó un nuevo enganchón con su afición, que no está contenta con lo que está ofreciendo en el campo y que le pide todavía más lucha y entrega. El extremo, por su parte, tampoco parece estar contento con lo que le exigen sus seguidores.
Ahora, con Januzaj fresco y dejando destellos, su puesto podría estar en entredicho. El hecho de no celebrar un gol de su compañero que salvaba un punto ya podría abrirle la puerta incluso al banquillo.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.