Paradojas de la competición, dentro de sus números de líder y de campeón de invierno de Segunda División, la UD ha perdido, hasta el momento, más en casa (Burgos y Albacete) que fuera (Huesca). Y eso que siempre se han ponderado las excelencias del Gran Canaria como factor potenciador de las cualidades propias. Pocos equipos tienen la ambientación de Las Palmas cada vez que actúa como local, con una media que ronda los 20.000 espectadores por encuentro, por contextualizar. La importancia se hacerse fuerte en casa cobra mayor vigencia con el mes que va a inaugurar este domingo el equipo, con tres de los cuatro compromisos que contempla enero en territorio propio. A saber, la UD recibirá en esta jornada al Racing, posteriormente rendirá visita al Ibiza y completará enero con otros dos encuentros como anfitrión ante Mirandés y Huesca, en ese orden.
En los cálculos de todos coincide una certeza: lograr el pleno de puntos en Siete Palmas casi que garantizaría arrancar febrero en la misma posición de privilegio que se ostenta actualmente. Incluso sin atender a lo que se pueda lograr en el campo del Ibiza, cita que se afrontará con la debida ambición y amplias posibilidades de ganar o, como mal menor, sumar.
En definitiva, la defensa del liderato pasa por el Gran Canaria y García Pimienta, más allá de ir partido a partido y con luces cortas por el imperativo de lo inmediato, está mentalizando a sus hombres de la importancia de esta misión. Fortificar la plaza ahora que el inicio de la segunda vuelta coincide con una fase del calendario en la que predomina el cartel de defensor de la casa.
Lo cierto es que en el balance en el Gran Canaria, por encima de los dos borrones referidos, abundan los buenos números y las mejores sensaciones, por lo que la confianza está intacta en el empeño de dar continuidad a esta inercia positiva. Por si fuera poco, la recuperación de gran parte de los lesionados rema en favor de corriente, con el abanico de posibilidades ampliado por mucho que deban suplirse dos sensibles bajas por sanción, casos de Curbelo y Mfulu.
Poder volver a contar con hombres del calibre de Sandro, Valles o Viera, quienes se perdieron el último tramo de 2022, sube los enteros de un grupo que exhibió, con notables ausencias como las referidas, un funcionamiento fiable, brillante y meritorio.
El rival llega en descenso directo tras la victoria de este viernes de la Ponferradina y con máximas urgencias, si bien lejos del Sardinero se ha apuntado resultados de mérito, siendo capaz de ganar en El Molinón (0-2) , Ciutat de Valencia (0-1), en el campo del Andorra (0-1) o en el del Cartagena (0-3.
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