Empieza el sprint por la permanencia en la Casa Amarilla.UD Las Palmas
Comienza la carrera por la salvación
Fútbol - Primera División ·
Es imperativo sumar de tres, pues en cuanto a números la UD podría convertirse en un nuevo Sporting (1997-98), el peor colista de la historia en la élite sumando tan solo 13 puntos
El nuevo inquilino del banquillo insular, Diego Martínez, aterriza cargado de ilusión. Llega en un momento crítico del club, pero ha tenido tiempo para descansar y cargar las pilas desde su último trabajo. A buen seguro, quiere mantener a la UD Las Palmas en el lugar que, por historia, le pertenece, y no es otro que la máxima categoría del fútbol español.
Atrás deben quedar las lamentaciones y las culpas, es hora de remar todos unidos por una meta clara; seguir un año más en la mejor liga del mundo. Se deben intensificar los entrenamientos y se repartan responsabilidades y exigencias, tanto dentro como fuera del vestuario, pero hay que aportar en positivo y remar, juntos, en una misma dirección. Ahora le espera una díficil tarea, pues solo se ha sumado 3 puntos hasta el momento. Unas cifras terribles que apuntan a lo peor.
Sin duda, es imperativo sumar puntos de forma urgente, hay que ganar sí o sí, ya vendrán los tiempos de discutir la manera de conseguirlo, ahora hay que evitar convertirse en el peor equipo en la historia de la Liga, que desafortunadamente para ese club, sigue ostentando el Sporting de Gijón, allá por el curso 1997-1998, cuando solo sumó 13 puntos.
Es el tiempo del cambio, si bien es sabido que el sistema de juego que proponían tanto García Pimienta como Luis Carrión iba en corcondancia con la idiosincrasia del futbolista canario, y es una propuesta atractiva para el espectador, es momento de implantar el estilo de Diego Martínez.
Es el vigués firme defensor del sistema 4-2-3-1, incluso modificable en los interiores a un 4-3-3 en ocasiones, todo ello persiguiendo sus dos premisas fundamentales; solidez en la retaguardia, algo necesario en la frágil defensa amarilla en lo que ha transcurrido de temporada, minimizando los riesgos atrás y jugar el mayor tiempo posible en campo rival, para lo que sus equipos presionan lo más arriba posible cerca del área contraria y conservan la línea defensiva también alta, lo más alejada de su propia portería.
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