Dicen que solo se pierde cuando se renuncia a lo que se cree. Cuando se olvidan los ideales. Las Palmas jamás cuestionó su estilo. Y eso que arrancó la Primera División con sentimientos contrapuestos. Mereciendo y no recibiendo. Pero la vida siguió igual con García Pimienta, que ahora celebra su segundo triunfo consecutivo (1-2) y el primero por tierras peninsulares. Lo hizo la UD en casa de un Villarreal que, con el cambio de entrenador, sí que desatendió su fútbol. Un misil de falta directa de Coco, que recuperaba titularidad, y otro gol de Marc Cardona, de penalti, desataron la alegría. Gerard, con una obra de arte, sembró las dudas en la bocina. Al parón, en mitad de tabla, con margen de maniobra con el descenso y la sensación del deber bien hecho.
Introdujo novedades Pimienta en su once, con Marc como referencia y Coco de vuelta al gobierno de la retaguardia. Suárez ocupaba la plaza de Araujo en el lateral derecho. Javi Muñoz y Pejiño repetían. Desde bien temprano intentó la escuadra isleña hacerse con las riendas del partido, con descaro para tratar de arrebatarle la pelota al Villarreal. La más clara la tuvo Enzo con una volea de exterior y en carrera que se marchó fuera por muy poco. Nada podía hacer Jorgenssen. Viera, por cierto, seguía en el banco a pesar del gol y la asistencia.
A campo abierto le iba a tocar sufrir a Las Palmas, con la zancada de Sorloth al galope siempre mordiendo. En una de esas, el gigante noruego la puso atrás y gracias a Álex Suárez, que se rehízo bien, no la empujó a placer Brereton. Acto seguido, tras un saque de esquina, Sorloth cabeceó absolutamente solo. Por suerte no la mandó a guardar. Seguían vivos los de Pimienta que intentaban meter también más chispa en sus transiciones. Con el paso de los minutos, Yeremy Pino se rompía mientras hacía una falta letal para los intereses del Villarreal. Coco, desde su casa, fusiló a Jorgenssen, que ni la vio entrar (0-1, min.46).
Suárez, ante Pedraza.
efe
Tras el intermedio, pronto se decantó la balanza para los grancanarios. En un centro, Mandi tocó con la mano, al árbitro le llamaron del VAR y pitó penalti. Engañó Marc a Jorgenssen (0-2, min.51) y la UD tenía un buen colchón para intentar sumar su primer triunfo a domicilio en lo que va de temporada. Pimienta movía el banquillo y apostaba por las frescas piernas de Marvin y Sory Kaba. Pejiño y el goleador Marc fueron los sacrificados. Quedaba todavía media hora de batalla. Y había que seguir peleando.
Interesaba a Las Palmas que se jugase lo mínimo posible y el Villarreal cayó en la trampa, que protestaba todo e iba a por trifulcas que, para nada, le salían rentables. Enzo, Kirina y Javi Muñoz secaban a Trigueros y Parejo. Solo Capoue parecía dar señales de vida, aunque Valles, con una parada de las suyas, debió amargarle la tarde.
A quince minutos para el final, entraban Viera y Perrone, mientras Enzo y Javi Muñoz dejaban sitio. En el Villarreal también saltaba al césped Gerard Moreno. El de La Feria destrozó a Foyth, cosa que no es fácil, y lo intentó de lejos. Exhibió velocidad punta el capitán, que con nervio siempre es un regalo a la vista del espectador. Gerard, en el 91, y cuando habían añadido 11 minutos, batió a Valles con un disparo durísimo a kilómetros del área (1-2). Una obra de arte de un fuera de serie. El palo le negó a Viera la sentencia. Luego legó el final. El cronómetro dijo basta y Las Palmas sonrió con rabia para sumar tres puntos de oro.
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