Alberto Moleiro es el jugador más caro de la plantilla de la UD. Su cláusula de rescisión quedó fijada en 60 millones de euros cuando renovó su contrato hasta 2026 en julio de 2022 mientras el equipo estuviese en Primera, premisa que se da en la actualidad. Internacional en categorías inferiores, y en su momento objeto de deseo del Barcelona con oferta de por medio, el atacante tinerfeño de 20 años es visto como uno de los jugadores con mayor proyección y futuro si mantiene su crecimiento y prestaciones.
Y, aunque su temporada está teniendo luces y sombras, condicionado por una lesión al inicio del curso para totalizar, entre Liga y Copa del Rey, 27 partidos y 3 goles, su nombre vuelve a estar vinculado a especulaciones de todo tipo con vistas a este verano.
En la UD hay tranquilidad al tener una posición de fuerza indudable a la hora de poder decidir sobre su porvenir. Si llegan ofertas, se estudiarán a partir de la mitad de esos 60 millones de libertad federativa.
La entidad nunca ha escondido su naturaleza vendedora y, además, en la previsión presupuestaria se contempla algún traspaso para este verano. Moleiro figura, junto a Coco, Valles o Kirian, como uno de los valores patrimoniales de mayor cotización y con los que se podría hacer caja si se dan las circunstancias. Pero tampoco hay urgencias financieras que obliguen a subastarlo o venderlo por un precio de saldo. Si se puede pactar una salida beneficiosa, se hará. de lo contrario, ningún problema para que continúe como uno de las piezas importantes para la próxima temporada.
El futbolista, por su parte, también está en ese planteamiento. Abierto a mejorar, tampoco vería con malos ojos prolongar su estancia y acumulando rodaje en el equipo que le hizo profesional y con el que debutó en agosto de 2021 a las órdenes de Pepe Mel.
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