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Diego Martínez, durante el partido del domingo en Mallorca. Efe

Blindaje de confianza a Diego Martínez

Fútbol ·

Ni una derrota el próximo sábado ante el Barça, algo previsible por la magnitud del rival, le moverá la silla en el banquillo de la UD

Ignacio S. Acedo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 17 de febrero 2025, 09:39

Diego Martínez no corre peligro y sigue teniendo crédito a ojos de la dirigencia de la UD, pese a la nefasta racha de resultados, con seis encuentros consecutivos sin ganar y un punto de dieciocho posibles desee que comenzó 2025, la peor secuencia de resultados de toda la categoría (hasta el Valladolid, colista destacado, la mejora) y que ha hundido al equipo en la tabla, ya con las mismas unidades que el Valencia, antepenúltimo. En el club es inevitable la preocupación por la dinámica del equipo, si bien no se cuestiona, por el momento, la capacidad del preparador gallego para alcanzar el objetivo de la permanencia, algo que exige una reacción inmediata por las complicaciones clasificatorias ya a la vista.

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No parece que el calendario esté por la labor, con la visita inminente del Barcelona y dos posteriores salidas consecutivas para medir fuerzas al Valladolid y Real Betis, pero se sigue confiando en Martínez y se tiene como eximente la cantidad de bajas que ha dinamitado el potencial del grupo, circunstancia que se va a poder ir reparando a corto plazo, con Sandro y Essugo de vuelta tras sus sanciones el próximo fin de semana (el portugués, al fin, luego de tres semanas castigado), nombres que se suman al reaparecido Campaña, otra de las piezas importantes en el engranaje.

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Además, con Marvin, Silva y Januzaj, todavía en la enfermería, también hay buenas previsiones. Salvando a Kirian, cuya ausencia no tiene fecha de retorno y, como mínimo, le tendrá lo que queda de curso fuera, las estimaciones pasan por lograr que todos los efectivos de la plantilla estén a la orden del cuerpo técnico como primer y fundamental paso para recuperar rendimiento y acierto.

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Miguel Ángel Ramírez y Luis Helguera entienden que la UD ha competido en situación de debilidad por las contingencias acumuladas y hasta ven lógico el bache considerando que, anteriormente, los números también fueron inusuales por buenos, con seis victorias y un empate en las nueve jornadas que cerraron 2024. Ese equilibrio que todos valoran evita en este momento el tremendismo que tampoco se dio cuando el viento estaba de cara y todo acompañaba. De ahí el mensaje de comprensión, paciencia y apoyo que emerge y que se hace extensivo a los futbolistas. El propósito de cerrar filas atiende al deseo de unidad y sobrellevar de la manera menos traumática posible la actual coyuntura. Y en este desafío que se ve posible no se contempla un cambio en el banquillo como medida necesaria.

El cálculo de que con cinco victorias más y algún empate va a bastar para la salvación es compartido y se percibe como un reto al alcance con los actuales mimbres, aunque al ruido de fondo se antepone un ejercicio de paciencia como mejor antídoto a consecuencias peores. Ni una nueva derrota el sábado, algo previsible por la magnitud del rival, va a variar esta hoja de ruta.

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